En muchas situaciones, el estrés, la ansiedad o, incluso, el aburrimiento, pueden hacer que se ingieran alimentos para calmar esas sensaciones que nada tienen que ver con el hambre.
De este modo, las personas que tienen la necesidad de ingerir alimentos a todas horas, pueden recurrir a algunas pautas para diferenciar la sensación de hambre de otras sensaciones o sentimientos en los que también se recurre a los alimentos para saciarse.
Pautas para diferenciar el hambre de la ansiedad
Mireia Hurtado, especialista en dietética y Mindful Eating, hace referencia en su blog al hambre psicológica o hambre emocional como "una forma de comer acompañada por una urgencia muy fuerte que no responde a un propósito de nutrir el cuerpo, sino que tiene el propósito de confortar, calmar, recompensar, distraer y regular emociones negativas".
Para gestionar estas emociones y no recurrir a la comida, es importante saber diferenciarlas de la sensación de verdadero hambre. Para ello, ofrece tres pautas de diferenciación:
- Lugar donde se manifiesta: el hambre físico se manifiesta en el estómago, mediante ruidos o sensación de vacío, así como en el cuerpo, con una sensación de baja energía. El hambre emocional no se manifiesta en el estómago, que permanece tranquilo.
- Los tipos de alimento: cuando se da la sensación de verdadero hambre, se requieren alimentos de todo tipo, tales como fruta, carne o verduras. Por el contrario, cuando el hambre es emocional, normalmente, solo suele calmarse con alimentos de alto contenido en azúcares, grasas o sal.
- El tiempo: para diferenciar el hambre física del hambre emocional también basta con fijarse en el tiempo que ha transcurrido desde la última comida.
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