Nos vamos a separar: cómo debemos comunicárselo a nuestros hijos

Una pareja con su hija.
Una pareja con su hija.
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Una pareja con su hija.

Con el paso de los años la sociedad española ha aprendido a asumir las separaciones y los divorcios como un proceso natural y habitual para muchas parejas. En nuestro país se producen dos divorcios por cada 1.000 habitantes, lo que le convierte en el noveno país de la Unión Europea con mas separaciones. Las estadísticas señalan además que 57 de cada 100 matrimonios españoles termina en divorcio.

Sin embargo, quienes siguen saliendo peor parados en esta historia son los hijos. Según el Observatorio del Derecho de Familia el 97% de los divorcios tiene un nivel alto o muy alto de conflictividad en parejas con niños (frente al 16% de los casos cuando el matrimonio no tiene descendencia). Un conflicto que puede arrancar precisamente, desde el mismo instante que se le comunica la noticia a estos pequeños y/o adolescentes.

¿Cómo se debería explicar a los hijos que la pareja ha tomado la decisión de separarse? Montserrat Amorós, doctora en psicología y docente del Grado en Maestro en Educación Primaria de la universidad en internet UNIR, señalaba en una reciente entrevista para 20Minutos: “Es una de las grandes preguntas que recibimos los psicólogos porque siempre es una mala noticia para los niños ya que ellos querrían que sus padres estuviesen juntos por siempre jamás. A pesar de ello, debemos de intentar normalizar la situación o que sea lo menos conflictiva. Hacerles entender que no van a ser los únicos ni los últimos papás que se van a separar, que seguro tienen otros amigos cuyos papás se han separado y no ha pasado nada... Que lo vean como algo que puede pasar pero que no le vamos a dejar de querer porque cada uno vaya a vivir en una casa o un sitio diferente. A veces nos parece que los niños no van a tener esa capacidad de adaptarse y, sin embargo, pueden afrontar la situación mucho antes que nosotros”.

Abordemos, por tanto, algunos consejos que pueden servir de hoja de ruta a la hora de comunicar la noticia de una separación o divorcio a los hijos. Sobre todo, teniendo en cuenta, de que aunque se trata de un proceso de cambio en el que niños y adolescentes van a pasar por distintos estados de ánimo, es posible reducir el impacto si se siguen las recomendaciones de los expertos y conseguir que sea lo menos traumático posible.

Comunicar la noticia los dos juntos

Ya sea la separación una decisión consensuada por la pareja o, por el contrario, unilateral y/o conflictiva es fundamental dejar los problemas a un lado en este momento para hablar de manera conjunta con los hijos. Los niños deben recibir la noticia como si fuese una decisión tomada de común acuerdo por los progenitores y éstos deben transmitirles tranquilidad y confianza durante la conversación. De esta manera, demostraremos a los más pequeños de la familia que aún en los momentos mas complicados los adultos estamos preparados para afrontar una crisis.

Elegir un buen lugar

Se recomienda elegir un momento y un espacio tranquilos para contarles la noticia: nos podemos sentar con ellos en algún rincón de la casa que nos guste, evitar las interrupciones del teléfono y apagar la televisión o cualquier otro dispositivo electrónico. Si en el hogar se han producido discusiones de la pareja en los últimos tiempos y los niños han estado presentes, se aconseja buscar un lugar neutral en un entorno mas agradable, como un parque o un sitio que les guste, para que no lo asocien al espacio donde han vivido esos conflictos.

Hablar con todos los hijos a la vez

Al igual que es importante que ambos progenitores estén juntos en ese momento también resulta fundamental que todos los hijos reciban la noticia al mismo tiempo (aunque alguno viva ya fuera de casa, por ejemplo, por estudios). De esta manera se evitarán susceptibilidades, confusiones o malentendidos, provocar la sensación de que se excluye a alguno de los hijos de esta dura circunstancia o de que la familia no sabe hablar con franqueza de este problema.

Tener en cuenta la edad

Tanto si se tiene un único hijo como si son varios habrá que tener en cuenta su edad, su nivel de comprensión y las posibles reacciones a la hora de transmitirles la noticia. En el caso de los niños muy pequeños las explicaciones deben ser muy sencillas y claras, ya que no van a comprender muy bien lo que sucede; a partir de los cinco años es posible que los niños tiendan a culpabilizarse de lo que ha ocurrido o que fantaseen con la idea de que sus padres pueden volver a estar juntos; con nueve o diez años se suelen invertir las tornas y son los niños quienes culpabilizan más a los padres de lo ocurrido, mientras que en la adolescencia asimilarán la noticia de una manera más madura pero pueden experimentar frustración y volverse más introvertidos.

Ser sinceros con ellos

No intentar edulcorar la realidad. Explicarles qué se ha llegado a esta situación porque es lo mejor para la pareja y la familia, para evitar tensiones y conflictos en la convivencia, y que no ha sido posible llegar a una solución para seguir juntos a pesar de que se ha intentado.

Hablar de los planes para el futuro

También hay que contarles cómo será las cuestiones prácticas a partir de ahora: dónde van a vivir, cómo se repartirá el tiempo que pasarán con cada progenitor, si habrá que mudarse de casa o cambiar de colegio, si será el padre o la madre quien se irá de la casa... Es posible que surjan múltiples preguntas o sugerencias al respecto por su parte: cómo van a ser sus dormitorios, dónde estarán sus juguetes, si podrán ver a sus amigos, quién les llevará al colegio, con quién se quedarán las mascotas, si podrán seguir realizando las actividades extraescolares o de ocio que se hacían hasta ahora... Hay que transmitirles la idea de que se intentará trastocar sus planes de vida y rutinas diarias lo menos posible.

Evitar sentimentalismos y culpabilizarnos

En todo momento hay que evitar caer en un exceso de sentimentalismo o dramatismo al comunicar la noticia así como no entrar en descalificaciones hacia alguna de las partes. Aunque sea complicado en ocasiones o cueste morderse la lengua, hay que evitar por todos los medios criticar, culpabilizar o, incluso, hacer comentarios groseros a la expareja delante de los niños; y no crearles la sensación de que ocurre algo terrible y que la situación supera a los mayores.

No es por su culpa y se les va a seguir queriendo igual

Hay que remarcarles e insistirles las veces que haga falta que esta situación no se ha producido por culpa de ellos. Es posible que se culpabilicen y lleguen a pensar que se ha llegado a la separación por algún comportamiento indebido que han tenido, por algo que han hecho o dicho. También hay que despejar temores en lo que respecta al amor que les tenemos: que papá y mamá no quieran seguir juntos y vivir bajo el mismo techo no quiere decir que les dejen de querer a ellos.

Intentar responder a todas sus preguntas

Hay que dejar que los niños se expresen libremente tanto en ese momento como en los días, semanas y meses posteriores. Van a surgirles muchas dudas, les asaltará una montaña rusa de emociones, algunos no van a entender por qué ocurre la separación, aparecerán preocupaciones por grandes y pequeñas cosas relacionadas con la vida familiar... Sin entrar en los detalles más dolorosos ni en compartir asuntos de adultos, hay que intentar dar respuesta a todas esas cuestiones con sinceridad y escuchar todos sus comentarios.

De esta manera entenderán que se les tiene en cuenta y les tranquilizará comprobar que no se les está ocultado cosas. También es fundamental aprender observarles - el lenguaje corporal, los comportamientos, el tono de voz... - para ver si de alguna manera la situación les está afectado de manera negativa, si están somatizando la angustia emocional que les provoca a través de algún trastorno físico y, sobre todo, darles tiempo para que vayan asimilando la noticia.

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