¿Invertir en comprar un coche o apostar por el renting? Así puedes decidir

Para finales de 2020 se espera una disminución del 3,1% en las matriculaciones.
Hay que decidirse por la opción que más se ajuste a nuestras necesidades.
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Para finales de 2020 se espera una disminución del 3,1% en las matriculaciones.

A la hora de apostar un un vehículo privado, son varias las opciones que se ponen encima de la mesa. ¿Comprar un modelo nuevo o de ocasión o mejor decantarse por el alquiler a largo plazo o renting? Para tomar una decisión acertada, es importante tener en cuenta varios factores.

Primero hay que entender a qué nos enfrentamos con cada opción. La compra de un coche nuevo implica una gran inversión, normalmente financiada, y la de un vehículo de ocasión depende del canal de venta. 

El renting es una modalidad de alquiler de coche a largo plazo, de entre 2 y 5 años habitualmente, que consiste en el pago de una cuota mensual en la que normalmente el resto de servicios adicionales van incluidos: revisiones, seguro...

En la actualidad, no es extraño que se apueste por esta segunda opción, sobre todo entre la gente joven. Y es que ante las posibilidades de cambiar el lugar de residencia o la falta de una estabilidad laboral a largo plazo, el renting es mucho más flexible. 

Sin embargo, la compra de un vehículo nos asegura que este va a ser de nuestra propiedad y que en caso de querer cambiarlo o ya no necesitarlo, podrá venderse para recuperar una parte de la inversión realizada. 

Para decantarse entre una opción u otra, es importante tener en cuenta:

  • Las necesidades de uso. En caso de necesitar el coche para desplazarse habitualmente hasta el trabajo, ambas opciones son plausibles, aunque quizás se podría incluso apostar por el carsharing. 
  • ​La estabilidad económica. El renting es mucho más flexible, ya que la duración del contrato es corta y no es necesario hacer frente a más gastos derivados del uso del vehículo. La compra del coche nuevo implica hacer frente todos los meses a la letra del pago, además de tener que invertir en seguros, mantenimiento, revisiones...
  • Los gustos personales. Por ejemplo, si se prefiere cambiar de coche cada cierto tiempo o si se apuesta por un modelo para toda la vida.
  • El precio final. En muchas ocasiones, el precio que se paga tras cuatro años de renting no varía respecto a la compra. Pero en casos particulares, como en la adquisición de un coche eléctrico o de alta gama, puede ser algo más interesante apostar por el renting.

Cabe recordar que lo primero es hacer números y calcular los gastos, para saber a qué tipo de inversión podemos hacer frente. Nunca hay que desestimar, por otro lado, los gustos y las preferencias: hay quien quiere que el coche sea de su propiedad y quien no contempla este tipo de adquisiciones.

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