Cómo plantear a un ser querido que necesita buscar ayuda psicológica

  • Probar solo una primera cita o acompañarle a la consulta pueden ser métodos eficaces para aclarar temores o prejuicios.
  • También puede ser útil ofrecer información fiable sobre las labores que realizan los profesionales de psicología y ayudarle a buscar un terapeuta que tenga experiencia con el problema en concreto que le aqueja.
Terapia
Una sesión de terapia psicológica.
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Son muchas las razones que pueden llevar a una persona a convencerse de que no necesita apoyo psicológico aunque esté pasando por un momento bajo. En ocasiones, creerá que no está tan mal como para pedir ayuda profesional, el coste económico de las sesiones también puede ser un obstáculo, puede llegar a pensar que ir al psicólogo es un signo de debilidad, tener miedo a depender de otra persona para solucionar sus problemas, a que le mediquen o a que no den con el origen de lo qué le ocurre.

Si pensamos que a un ser querido o amigo, por el motivo que sea, le vendría bien recurrir a los servicios de un profesional para mejorar su estado de ánimo pero no le vemos convencido o rechaza de pleno la idea de acudir a terapia, estos son algunos consejos que ofrecen los profesionales para ayudarle a dar un paso que puede traerle muchos beneficios:

Ante todo empatía

No se trata de avasallar ni de intimidar u obligar a nadie a buscar ayuda, sino de animar a esa persona a que nos cuente qué le está pasando, cuáles son sus sentimientos al respecto y cómo está viviendo la situación. Hay que esforzarse, ante todo, por escuchar de una forma activa y si hemos pasado por alguna situación similar, contarle nuestra experiencia para que vea que es posible salir de ello con la ayuda adecuada.

Saber elegir el momento

Si se trata de tener una conversación íntima en la cual esa persona pueda desahogarse y hablar con total sinceridad sobre lo que le está ocurriendo conviene elegir un momento adecuado y un lugar tranquilo que la propicien. Hay que evitar hacerlo durante reuniones familiares que puedan originar que otras personas se posicionen en contra de esa búsqueda de apoyo psicológico profesional.

Cuestión de paciencia

Es probable que una sola conversación no baste para convencerle y que las primeras veces se muestre recelosa, a la defensiva o, incluso, ofendida. Insistir en el tema de una forma razonada y pausada debe ser el camino.

No sacar falsas conclusiones

 De las razones que le llevan a no querer ayuda especializada. Cada persona tiene total libertad para vivir su sufrimiento de muy distintas formas.

Ir paso a paso

A veces un pequeño paso puede ayudar a romper el hielo. No se trata de que la persona por la que estamos preocupados inicie la terapia de forma regular sino de que romper el hielo con una primera cita que puede aclararle sus dudas o temores respecto al tratamiento con el terapeuta. Si podemos ayudarle en la búsqueda inicial del especialista que mejor se pueda adaptar a su problema puede facilitarle mucho el camino.

Ayudarle a obtener información veraz

Muchas veces se teme lo que no se conoce y cuando se trata de ir al psicólogo éste es un miedo recurrente. Es importante ofrecer información fiable sobre las labores que realizan los profesionales de la psicología - a través de libros o artículos de revistas-, que puedan ayudar a esa persona a decidirse e ir a terapia.

Acompañarle a la primera consulta

Hacerle sentir que puede contar con nuestro apoyo y acompañarle a la primera o primeras sesiones le ayudará a ganar confianza. También podemos recomendarle la opción de hacer una consulta online - cada vez son más los especialistas y gabinetes que ofrecen este servicio especializado- y ofrecerle subvencionar de forma total o parcial el tratamiento ya que en ocasiones el coste de las consultas suele ser una excusa para no iniciar la terapia.

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