El lichi, también concido como Lychee o cereza china, es el fruto de un árbol perteneciente a la familia Sapindaceae, cuyo cultivo es originario de China y de otros países asiáticos como Vietnam. Este manjar, al que se le atribuyen importantes propiedades nutricionales beneficiosas para el organismo, crece de forma óptima en regiones subtropicales.
Esta fruta se caracteriza por su forma y su cáscara de color rojizo, su piel rugosa y la pulpa gelatinosa de color blanco que combina sabores dulces y ácidos. Pero, ¿cuál es la mejor forma de consumirlo?
Se aconseja su consumo fresco para obtener todos sus nutrientes aunque, tal y como recomiendan desde la Asociación para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas 5 al día, se puede comer en almíbar, en conservas, ensaladas, pasteles e incluso acompañando a platos principales como carnes y pescados.
Potentes propiedades antioxidantes
El interés por su cultivo ha crecido durante los últimos años debido a su alto valor nutricional y por tener compuestos beneficiosos para la salud que incluyen actividades antimicrobianas, antiinflamatorias y antioxidantes. Según 5 al día, esta fruta es "una excelente fuente de azúcar, proteínas, fibra, vitaminas B1, B2 y C, calcio, potasio, fósforo y magnesio".
De esta manera, sus efectos en la salud se han relacionado principalmente por su alto contenido en micronutrientes, mayor que en otras frutas tropicales, como las vitaminas del grupo B, la C, carotenoides, polifenoles y minerales como el potasio, según destaca un estudio publicado en el National Center for Biotechnology Information (NCBI).
De hecho, su alto contenido en vitamina C, cerca de 60 mg por cada 100 gramos consumidos, le confiere importantes propiedades antioxidantes esenciales para neutralizar la acción perjudicial de los radicales libres en el organismo. Según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), el lichi está compuesto principalmente por agua (82,7 g) e hidratos de carbono (14,6 g).
También contiene una destacada cantidad de fibra (1,3 g) y sus niveles de grasas saturadas y sodio son relativamente bajos. Por tanto, esta fruta tropical contribuye a mantener el sistema muscular, nervioso e inmunológico y su aporte nutricional hace que se pueda utilizar en casos de hipertensión, anemia o ante un aumento del colesterol en sangre.
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