Consejos para la higiene íntima masculina: ¿conviene usar un jabón para los genitales?

  • Al igual que los genitales femeninos, los masculinos requieren un cuidado diferente al resto de cuerpo. 
  • Para mantenerlos a salvo de infecciones e irritaciones hay que lavarlos con jabón diariamente y secarlos bien, 
Imagen de un hombre tras mantener relaciones sexuales.
La zona genital masculina también requiere unas medidas de higiene especiales.
©GTRESONLINE
Imagen de un hombre tras mantener relaciones sexuales.

La higiene íntima no es solo cosa de mujeres, pues por sus características, la zona genital también requiere de unos cuidados especiales y diferentes al del resto de cuerpo para protegerla frente a agresiones externas e infecciones.

Esta zona del cuerpo, tanto el femenino como el masculino, presenta una serie de características que nos deben hacer extremar la higiene. Por un lado, tiene varias funciones, sexuales, reproductivas, de micción y la zona anal está muy cerca. Esto, unido a que posee pliegues que favorecen la acumulación de secreciones, la hace más susceptible a la proliferación de microorganismos, como bacterias y hongos.

Además, la zona digital está más irrigada, inervada, es más permeable y presenta una mayor reactividad frente a agentes irritantes, es decir que es más sensible a agentes externos y se irrita con facilidad.

Por todo esto, y aunque es cierto que la zona genital masculina es menos sensible que la femenina, conviene extremar la higiene y hacerlo de un modo correcto para mantenerla a salvo tanto de infecciones y malos olores como de irritaciones.

Lavarse a diario y con jabón

Hay hombres que, erróneamente creen que basta con aplicar agua en la zona genital y evitan echarse jabón. Sin embargo, esto es un error por varios motivos. El primero es que el agua, por si sola, no elimina los microorganismos, algo que sí ocurre con el jabón, al menos en gran parte. Además, esta zona no está libre de secreciones, pues además de la orina y el esperma, en la base del glande existen unas glándulas que secretan lo que se conoce como esmegma, una secreción protectora y untuosa que, si no se lava con jabón se enrancia, puede provocar malos olores e irritaciones, especialmente en hombres no circuncidados. Para que esto no ocurra, los pasos a seguir en la higiene diaria son los siguientes:

•Limpiar a diario con agua y un jabón neutro o ligeramente ácido, que es el PH más parecido al de la zona genital. En la actualidad, al igual que existen geles para la zona íntima femenina, también existen para la masculina, muchos de ellos los llamados syndet. Elegir uno de estos productos sería lo más adecuado, pues además tienen acción antiséptica y antifúngica, pero uno nutro también sería correcto. De lo que hay que huir es de los jabones agresivos que no respeten la flora genital. Y es que, a diferencia de las mujeres, el aparato genital del varón no dispone de un flujo que la proteja.

•Lavarse bien todas las zonas. Para una higiene correcta, no basta con limpiarse el pene con jabón, hay que limpiar también las ingles, el pene, los testículos, el escroto y, por supuesto, la zona anal, de donde más bacterias provienen. Además, las personas no circuncidadas deberán echar el prepucio hacia atrás para limpiar el glande para eliminar todas las secreciones.

•Después de lavar, hay que aclarar y secar bien. Aclarar bien para evitar irritaciones y secar completamente para evitar la proliferación de hongos. Lo ideal es secarse con una toalla distinta para para la zona genital y dejarla secar bien entre baño y baño.

•Además de lavarse a diario, es recomendable hacerlo tras cada relación sexual -sobre todo si se han utilizado lubricantes o preservativo-, cada vez que se va al baño y después de hacer deporte.

•Para evitar sudor de más, es preferible optar por ropa suelta y de tejidos naturales, como el algodón, que dejan traspirar la zona y minimiza la posibilidad de irritaciones e infecciones por hongos o bacterias.

¿Qué se debe evitar?

Para una higiene genital masculina correcta, además de lavarse correctamente, hay que evitar una serie de prácticas.

El uso de cremas, perfumes, talco o desodorantes, ni cualquier producto no recomendado para la zona. Pueden provocar irritaciones y favorecer la aparición de hongos. Para evitar malos olores, basta con usar un jabón desodorante.

•Depilarse o afeitarse el vello púbico, pues es una protección natural contra agresiones y microorganismos.

•Las prendas ajustadas, tanto interior como exterior. Las prendas ajustadas, además de entorpecer la circulación, favorecen la sudoración, la humedad y, por tanto, las infecciones.

•Las esponjas o guantes para limpiarse, pues pueden ser una fuente de contaminación de bacterias y hongos. 

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