Hacinamiento y trabajo presencial: por qué la pandemia afecta más a las rentas bajas de las ciudades españolas

  • Los habitantes de las zonas más pobres de las ciudades españolas suelen, en mayor medida, tener patologías previas.
Vecinos pasean al lado del metro de Puente de Vallecas, en Madrid (España), a 16 de septiembre de 2020.
Vecinos pasean al lado del metro de Puente de Vallecas, en Madrid (España), a 16 de septiembre de 2020.
Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
Vecinos pasean al lado del metro de Puente de Vallecas, en Madrid (España), a 16 de septiembre de 2020.

Las grandes zonas metropolitanas han sido el principal núcleo irradiador de la pandemia a lo largo y ancho del planeta, pero sus habitantes no han sufrido las consecuencias de manera equilibrada.

La segregación económica que padecen casi todas las grandes áreas urbanas del mundo en general y de España en particular ha tenido su reflejo en esta pandemia, como lo tuvo en otras anteriores, en una mayor incidencia de la Covid-19 y una mayor mortalidad derivada de esta enfermedad en las zonas de rentas más bajas.

Así lo defiende el gijonés Usama Bilal, profesor asistente en la Universidad Drexel de Filadelfia, Estados Unidos, en un artículo publicado este lunes en la revista Panorama Social del think tank Funcas.

“Las consecuencias sobre la salud derivadas de vivir en la ciudad no afectan a todos por igual”, defiende Bilal en su artículo. “Las clases más desfavorecidas y las minorías raciales y étnicas tienden a vivir en zonas de las ciudades con peores condiciones de vida, más contaminación, escaso acceso a recursos, etc. Esto, junto con las propias limitaciones de medios por disponer de menor renta, además de otros aspectos, como la discriminación, hacen que la prevalencia de enfermedades, tanto crónicas como agudas, sea mayor en estos grupos”.

Mayor exposición al virus

El primer punto básico de generación de desigualdades frente a la pandemia es la mayor exposición a situaciones de riesgo de contagio que tienen, estadísticamente hablando, las personas que habitan en los barrios de menor renta de las ciudades.

Por un lado, los trabajos ejercidos de forma mayoritaria por las personas de menos recursos requieren una mayor presencialidad haciendo, en muchos casos, imposible llevarlos a cabo de forma telemática. Además, son oficios que en ocasiones se realizan en espacios cerrados, mal ventilados y a escasa distancia de otras personas. Todo ello, aumenta las posibilidades de acabar contagiado.

Fuera del mundo laboral, el hacinamiento en viviendas compartidas también es mucho más habitual en las zonas de rentas bajas. Esta circunstancia hace particularmente complicado mantener un adecuado aislamiento en caso de contagio y multiplica las posibilidades de infección entre convivientes.

A menor renta, más vulnerabilidad al virus

Además de un mayor riesgo de contagio, los habitantes de las zonas más pobres de las ciudades españolas suelen, en mayor medida, tener patologías previas que les hacen más propensos a sufrir una Covid-19 grave.

Por ejemplo, en un estudio de 2018 el propio Bilal y otros investigadores mostraron que los barrios más pobres del área noreste de la ciudad de Madrid (distritos de San Blas-Canillejas, Barajas, Hortaleza y Ciudad Lineal) presentaban una prevalencia de diabetes mucho más alta que los barrios más adinerados.

Entre las razones identificadas en esa investigación para esta tendencia estaban que los colegios de las zonas más desfavorecidas de Madrid cuentan en sus alrededores con un mayor número de tiendas que venden productos ultraprocesados. Además, estos barrios tienen menos acceso a instalaciones deportivas, mientras que las zonas más adineradas cuentan con hasta el doble de estos recursos.

¿Una mayor incidencia?

Ante estas evidencias cabe esperar que los datos reflejan una mayor incidencia y número de hospitalizaciones en las zonas más deprimidas de las ciudades españolas. Lo cierto es que aún existen pocos estudios al respecto.

El último y más extenso es el que publicó el pasado diciembre la Agència de Salut Pública de Barcelona. Según los datos de esta investigación, las áreas de rentas más bajas tuvieron una mayor incidencia acumulada que las más ricas, una tendencia aún más marcada en la segunda ola de la pandemia.

Otros estudios realizados en Estados Unidos y Reino Unido y citados en el artículo de Bilal llegaron a conclusiones similares.

“Con la pandemia por el nuevo coronavirus, una de las características más reseñables de las ciudades ha quedado muy en evidencia: son lugares muy desiguales”, concluye el investigador en su artículo “Estas desigualdades quedan reflejadas, particularmente, en la salud, y deberían atenderse prioritariamente por las políticas públicas que se diseñen e implementen en esta fase de salida de la pandemia”.

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