La narcolepsia es un trastorno crónico relacionado con el sistema nervioso y que afecta al sueño, ya que la personas que la sufre tiene una somnolencia extrema durante el día y pueden quedarse dormidos en cualquier circunstancia, algo que puede afectar a la vida diaria normal.
Este trastorno, de origen neurológico, afecta en Europa a entre 3 y 5 personas por 10000 habitantes. Suele darse, por lo general, entre los 20 y los 30 años de vida y, además, tiene un alto componente genético, por lo que es más probable que lo padezcan personas de una misma familia, según el Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS).
La narcolepsia puede ser de tipo 1 o de tipo 2. La de tipo 1 está acompañada de cataplejías (o cataplexia), una pérdida repentina del tono muscular, mientras que la de tipo 2 es la narcolepsia que ocurre sin cataplejía, según explica Mayo Clinic.
¿Por qué se produce la narcolepsia?
Se desconoce la causa exacta de la narcolepsia. Las personas con narcolepsia tipo 1 tienen niveles bajos de la sustancia química hipocretina, que es un neuroquímico presente en el cerebro que ayuda a regular la vigilia y el sueño. De igual modo, los niveles de hipocretina son también bajos en las personas que experimentan cataplejia.
La causa por la que se da esta pérdida de células productoras de hipocretina en el cerebro tampoco se conoce con exactitud, aunque podría estar relacionado con una reacción autoinmune.
También está el factor genético, que puede hacer que una persona tenga mayor probabilidad de sufrir este trastorno, aunque la incidencia es del 1 o 2% en familiares de primer grado. Sin embargo, el riesgo de padecer narcolepsia es de 20 a 40 veces mayor para una persona que tenga un familiar con narcolepsia.
Síntomas de la narcolepsia
El principal síntoma de este trastorno es la excesiva somnolencia diurna, que se presenta de forma diaria, aunque no permanente. Esta sensación, que puede durar minutos u horas, así como llegar de forma repentina o progresiva, se puede dar en cualquier situación, tanto si se está leyendo un libro como si se está conduciendo o comiendo.
Otro de los síntomas característicos es la crisis de hipotonía muscular, que consisten en episodios de descenso brusco del tono muscular, sin pérdida de conciencia, ante emociones fuertes (susto, risa, discusión). Pueden ocurrir en cualquier músculo del cuerpo y también pueden durar de segundos a minutos, según el IIS.
Además, suelen darse alucinaciones hipnagógicas/hipnopómpicas, que suceden en la transición de sueño-vigilia, así como parálisis del sueño, que es la imposibilidad de mover el cuerpo justo antes de quedarse dormido o al despertarse. Igualmente, es frecuente despertarse a lo largo de la noche y tener pesadillas, sonambulismo o hablar en sueños.
Además de estos, hay otros síntomas asociados, entre los que se incluyen:
- Conducta automática: los pacientes en realizan actividades sin luego recordarlas.
- Siestas refrescantes: muchas veces, si el sujeto duerme durante unos minutos, la hipersomnolencia mejora notablemente.
- Sensación subjetiva de pérdida de memoria y falta de concentración.
- Sensación de cansancio y fatiga.
- Trastornos del estado de ánimo.
- Visión borrosa.
- Trastornos de la alimentación.
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