¿Pueden sufrir los hombres depresión posparto? Cuáles son sus síntomas y sus principales consecuencias

  • Puede llegar a afectar afectar hasta al 25% de los hombres tras el nacimiento de su bebé. 
  • El porcentaje que puede ascender hasta al 50% en el caso de que la madre también la sufra.
  • Se caracteriza por la represión de la tristeza, los sentimientos de agobio e, incluso, el resentimiento hacia el bebé.
Un padre con su bebé.
Un padre con su bebé.
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Un padre con su bebé.

En los últimos tiempos son numerosos los estudios que se han preocupado por estudiar el origen y las consecuencias de la depresión posparto de las mujeres, que aportan pautas para prevenirla y tratarla y que han roto una lanza para no estigmatizarla. De hecho, las cifras hablan por sí solas: actualmente se estima que entre el 9 y el 56% de las mujeres pueden desarrollar este tipo de patología, lo que la convierte en todo un problema de salud pública a nivel mundial.

Sin embargo, poco se ha hablado hasta el momento de la depresión posparto paterna DPP, que puede llegar a afectar afectar hasta al 25% de los hombres tras el nacimiento de su bebé y hasta al 50%, en el caso de aquellos hombres cuyas parejas también sufren depresión posparto. Ante estos datos, la Academia Americana de Pediatria ya reconoce la necesidad de que tras el parto tanto las madres como los padres sean evaluados.

¿Qué factores predisponen para un hombre tenga depresión posparto?

Una reciente investigación, publicada el pasado año por los psicólogos Rafael A. Caparrós González de la Universidad de Granada y María Fe Rodríguez Muñoz de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, señala dos factores fundamentales que predisponen a este trastorno del estado de ánimo caracterizado, sobre todo, por la represión de la tristeza, los sentimientos de agobio e incluso el resentimiento hacia el bebé.

Por un lado, se ha descubierto que la depresión posparto está directamente relacionada con factores biológicos y, en concreto, con la disminución de diversas hormonas como la testosterona, la prolactina, el cortisol (conocida como la hormona del estrés) y la oxitocina, cuyos niveles se relacionan directamente con las buenas relaciones sociales y el placer durante el orgasmo.

Por otro, se encontrarían factores psicológicos. Entre los más importantes: que su pareja haya sufrido depresión posparto, pero también que se hayan producido cambios importantes en la relación de la pareja, sentirse excluido de los cuidados del bebé y también no contar con apoyo social - red de familiares y amigos- que puedan echar una mano con la crianza.

¿Qué síntomas manifiestan los hombres con depresión posparto?

Este trastorno suele caracterizarse principalmente por la sensación de tristeza, los llantos y el aislamiento social. Es habitual que este estado de ánimo bajo provoque, por ende, una disminución del interés por las actividades de la vida diaria, alteraciones en el patrón del sueño y sentimientos de inutilidad. En los casos más agudos también hacen acto de presencia los problemas de ansiedad y las ideas suicidas.

Curiosamente, también es frecuente la represión de estos sentimientos de tristeza, ya que la mayoría de los hombres intenta no exteriorizar estos sentimientos negativos; y la sensación de quedarse en un segundo plano, de que el recién nacido y la madre son los que reciben toda la atención. Lo cual puede desembocar en resentimiento hacia ambos.

¿Cuáles son las consecuencias de la depresión posparto en hombres?

Cuando la depresión posparto afecta a los hombres provoca, por extensión, nefastas consecuencias en el ámbito familiar. El estudio la asocia con mala comunicación y dificultades con la pareja, aumento de la agresividad, violencia de género y un aumento del consumo de sustancias de abuso como drogas o alcohol.

Además, los padres con DPP tienen un riesgo mayor de suicidio, trastornos de ansiedad y episodios maníacos que aquellos que no la sufren. No hay que olvidar que la conducta suicida representa uno de los problemas más importantes de salud en la actualidad, siendo los hombres el grupo más afectado.

La DPP puede afectar a la interacción padre-bebé y a la cantidad de tiempo que los padres invierten en la crianza de sus hijos. Algo muy negativo ya que está comprobado que la implicación de los padres mejora el bienestar materno y afecta de manera positiva al desarrollo cognitivo y emocional infantil. La depresión posparto de los padres se ha asociado con un impacto negativo en el desarrollo de los hijos, pudiendo aumentar el riesgo de aparición y curso de trastornos psicopatológicos, ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación, trastornos por déficit de atención y retraso en la aparición del lenguaje.

Las consecuencias negativas en los bebés se extienden a problemas en el crecimiento cerebral, déficits en la maduración orbito-frontal de la corteza cerebral y alteraciones del sistema inmunológico del neonato, teniendo igualmente consecuencias negativas en el establecimiento de un apego seguro. Incluso los efectos en la descendencia pueden ser a largo plazo, incrementando el riesgo de suicidio infantil.

¿Se puede prevenir y curar?

La respuesta es afirmativa, siempre que se sepan reconocer los síntomas y actuar rápido para tratar este problema. Por ello es tan importante para los autores del estudio invertir todos los recursos posibles en la detección precoz de este trastorno. En el tratamiento se recomienda, sobre todo, la actuación psicológica además de la puesta en marcha de una estrategia que fomente el apoyo social y que favorezca que el hombre se implique más de la crianza. “El hecho de que las madres compartan el reparto de tareas con los padres en el cuidado y crianza del bebé parece disminuir los sentimientos paternos de aislamiento. Además, el uso de programas educativos que tengan en cuenta tanto a la madre como al padre son más beneficiosos que el uso de programas orientados sólo para un miembro de la pareja”, señalan.

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