"Rompimos en éxtasis de placer y deseo, como rompían las olas en las rocas"

Mis vacaciones en Tenerife fueron unas de las mejores que he vivido. Me dispuse a salir con mis amigos de Puerto de la Cruz, eran las fiestas de la Virgen del Carmen, 13 de julio de 2009. Todo lleno de gente, alegría, el buen ambiente se respiraba por todos lados.

A la mañana siguiente desperté y allí estaba él; parecía un bebe, ¡qué tierno!

Aparecieron dos chicos, conocidos de un amigo. Me fijé en uno de ellos y, sin presentarnos, nos pusimos a hablar como si nos conociéramos de toda la vida. El tiempo, la gente y demás no existían; sólo teníamos la necesidad de conocernos. Hablamos durante mucho rato; incluso me traía las copas de manera especial, me hizo fijarme en una canción de Luis Fonsi; quise ir a bailar y él aceptó. Bailamos y bailamos, la noche avanzaba y mi cuerpo sentía el deseo de sentirle más cerca y no separarme de él. Sin comerlo ni beberlo, el beso tan deseado surgió. No podía creerlo, estábamos besándonos.

Nos besamos y abrazamos en medio de un pista de baile llena de gente, con empujones incluidos, era como si estuviéramos solos, sin importar nada más. Nuestros cuerpos sentían la necesidad de eclipsarse. Queríamos estar solos de verdad, nos marchamos y paseando llegamos a playa Jardín. La playa vacía, la luz de la Luna y el mar de fondo; nos entregamos el uno al otro. Mi cuerpo se fundía con el suyo; éramos solo uno, todo se reducía a nosotros, no había nada más.

Rompimos en éxtasis de placer y deseo, como rompían las olas en las rocas. Al acabar, quedamos abrazados sin querer despegarme de él, me había dado la noche más mágica de mi vida; hacer el amor en ese sitio y en ese lugar fue un regalo divino caído del firmamento. Fuimos a su casa y dormimos juntos abrazados, a la mañana siguiente desperté y allí estaba él; parecía un bebe, ¡qué tierno! Daban ganas de comérmelo a besos, pero preferí quedarme observando cómo dormía. No olvidaré esa noche del 13 de julio, gracias Christian por esos momentos que siempre recordaré. Sobre todo, ¡gracias! por nuestra noche tan especial, deseo que esto no quede en esa noche.

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