Land Rover ha desembarcado en un viñedo situado al nordeste de Oporto con motivo el 40º aniversario del Range Rover. Tanto yo como otros periodistas podemos disfrutar allí de las tres generaciones de Range Rover, junto con algunas extravagancias como el Rolling Chassis o el camión de tres ejes de Carmichael. También está presente otro invitado de excepción a este aniversario: el renovado Range Rover con el nuevo motor diésel V8 y cambio automático de ocho velocidades.
Permítanme echar primero la vista atrás: estructura de planchas de acero, asientos, volante y el imponente motor V8 de 3,5 litros de cilindrada. El Rolling Chassis es un automóvil desnudo reducido a la mínima esencia. Lo que sólo los expertos son capaces de reconocer debido a la ausencia de carrocería es que se trata del Range Rover original que se construyó en 1970 para realizar demostraciones y para fines de publicitarios. Hoy en día todavía impresiona lo rígido que es este vehículo y lo ágil e impasible que se muestra al escalar las pendientes arenosas más empinadas. A esto cabe añadir una excelente visión de 360º, así como una ducha intensiva de aire fresco a lo largo del camino. Dado que resulta completamente inviable alcanzar los 160 km/h en este viñedo tan transitado, tendré que conformarme con una parsimoniosa velocidad de avance. No hay mal que por bien no venga.
Tres ejes y plataforma rodante
Poco antes, sudé la gota gorda en la pista de pruebas del viñedo a bordo de un camión de tres ejes de los bomberos fabricado por Carmichael Custom Cars en el año 1973. Maniobrar con este monstruo por las estrechas y polvorientas callejuelas no resulta nada fácil. Sin aire acondicionado y a casi 40º de temperatura este sueño de muchos parques móviles infantiles puede convertirse en un dudoso placer, pese a que este vehículo de casi 40 años de antigüedad nos deja la impresión de estar sorprendentemente en forma. No es de extrañar, ya que hasta mediados de los años 90 este monstruo ha estado al servicio de los Ferrocarriles suizos, cuya compañía lo cuidó con esmero moviéndolo apenas 50.000 kilómetros.
Land Rover ofrece además una serie de curiosidades adicionales, como la plataforma rodante de la Reina de Inglaterra construida en el año 1974 o un vehículo policial del año 1997. Estas antiguas moles todoterreno son exquisitas, curiosas, caprichosas y resultan sorprendentemente aptas como 4x4. Sin embargo me muero de ganas por disfrutar del nuevo esplendor del Range Rover que, gracias a algunas de las innovaciones que incorpora en su modelo de 2011, logra superar toda la historia de la familia.
Elegante y práctico
Como es habitual, la puerta se cierra con un sonido seco y todo el ajetreo del exterior deja de formar parte de nuestro mundo. En su interior, este coloso me deleita con un ambiente de bienestar típico de un oasis, algo que Land Rover consigue gracias a su elegante y opulenta combinación de madera y cuero. Las salidas de aire acondicionado expulsan un aire a una temperatura agradable y el asiento ventilado consigue incluso secar mi espalda empapada en sudor.
Un potente diésel
El nuevo motor diésel V8 satisface multitud de necesidades de transporte, así como cualquier pretensión de poderío. En lugar de los 3,6 litros de cilindrada y 272 CV de potencia con los que se contaba hasta el momento, a partir de ahora serán 4,4 litros, 313 CV y 700 Nm. Este propulsor diésel desarrollado especialmente para Land Rover en el marco de la relación de colaboración con Ford se complementa de serie con un cambio automático de ocho velocidades de la casa ZF.
Junto con su marcha sumamente suave lo que realmente impresiona es su rabioso comportamiento durante la fase de aceleración. Además, gracias a una turbocompresión doble desaparece cualquier efecto turbo. El tiempo de aceleración es de 7,8 segundos, el sprint intermedio de 80 a 120 km/h se consigue transcurridos tan sólo 5,1 segundos y los 210 km/h ponen punto final a la escalada. Pese a sus casi 2,8 toneladas de peso, el consumo se mantiene en unos modestos 9,8 litros. No obstante, en la práctica cualquier conductor debería contar con entre dos y tres litros más.
Sobre todo el cambio, rápido, a la par que suave, de la caja automática de ocho velocidades de la casa ZF, llama la atención de forma muy positiva. Eliminados las molestas transiciones entre marchas, más bien parece que este propulsor tiene siempre la marcha correcta preparada. Sin embargo, un VW Touareg con motor diésel V8 y caja de cambios automática de ocho velocidades, que llega a consumir incluso menos con un rendimiento superior (5,8 segundos, 242 km/h y 9,1 litros), resulta más impresionante, aunque no nos olvidemos que pesa nada más y nada menos que 500 kilos menos.
Fuerte sobre el terreno
En cambio, el Range Rover resulta imbatible en campo abierto. Junto con algunas virguerías tecnológicas (navegador todoterreno, diversas cámaras exteriores o el renombrado sistema Terrain Response), el responsable de su superioridad en todos los terrenos es sobre todo su esencia. Con una suspensión neumática variable, diferencial de bloqueo en el eje intermedio y en el eje trasero, control de avance lento, una buena distancia al suelo y profundidad de vadeo, una carrocería rígida, un extraordinario cruce de ejes, y unas gomas MT correctas, el Range Rover no se asusta ante ningún desafío, a lo sumo quizá el conductor.
Para sibaritas con dinero
Pese a la suspensión neumática, al control del balanceo y al ESP uno debería contener el temperamento del Range antes de entrar en la curva. Al trazar las curvas a gran velocidad, el Range se inclina enormemente y el ESP se ve obligado a trabajar a pleno rendimiento. A pesar de su impresionante mejora en lo que a la dinámica longitudinal se refiere, este enorme Range Rover con motor diésel V8 sigue siendo más apto como para los denominados conductores de placer, muy poco amigos de las curvas.
Conclusión
El Range Rover puede mirar con orgullo a sus 40 años de historia ininterrumpida que continúa fascinándonos con sus innumerables y alocadas curiosidades. Además, el lujo y sus prestaciones todoterreno han sido tradicionalmente los dos puntos fuertes de este icono británico de la tracción integral que alcanza un nuevo punto álgido con su renovado Range Rover con motor diésel V8.
* Nota importante: Las versiones y los precios reflejados en el texto corresponden exclusivamente al mercado alemán
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