![Un científico en un laboratorio.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_640_360/uploads/imagenes/2024/06/03/un-cientifico-en-un-laboratorio.jpeg)
Más de un cuarto de los adultos españoles padece ya enfermedad del hígado graso, una condición que en ocasiones puede derivar en problemas mucho más graves como cirrosis o fibrosis. Aunque en buena medida está provocada por factores como la dieta o el consumo de alcohol, el envejecimiento celular también juega un papel importante en ella y por ello el riesgo de padecerla aumenta con la edad.
Ahora, un grupo de investigadores ha conseguido revertir parte del daño celular que tiene lugar en el hígado a medida que envejecemos sobre ratones y cultivos de células humanas.
Una estrategia contra el hígado graso
Según detallan en la revista científica de alto impacto Nature Aging, a medida que envejecemos se encuentra en nuestras células hepáticas una mayor presencia y actividad de genes asociados a un tipo de muerte celular llamada ferroptosis, dependiente del hierro. Coincidentemente, sabemos también que la ferroptosis puede estar implicada en daño cardíaco, renal y pancreático.
Esta huella genética también se identificó en células humanas con esteatosis hepática no alcohólica (enfermedad del hígado graso o NAFLD por sus siglas en inglés) y enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD); dos condiciones que causan cirrosis (cicatrización) de las células hepáticas y pueden eventualmente conducir al fallo orgánico. Esto les llevó a pensar que esta característica genética podía emplearse como objetivo de posibles tratamientos.
Para confirmar esta hipótesis, estos autores tomaron un grupo de ratones jóvenes (de tres meses) y uno de ratones envejecidos (de dos años) y les provocaron NAFLD/MASLD sometiéndolos a una dieta especial. Algunos de los del segundo grupo también recibieron inyecciones de ferrostatina-1, un medicamento que inhibe la ferroptosis.
Claves para mitigar el envejecimiento
Al final del estudio, los ratones mayores que habían venido recibiendo inyecciones de ferrostatina-1 mostraban células hepáticas sanas y jóvenes, lo que demuestra que es posible prevenir o incluso revertir los efectos del envejecimiento y de patologías como la esteatosis hepática interfiriendo sobre la ferroptosis.
En una primera instancia, el hallazgo apunta a una nueva vía terapéutica para afrontar un problema muy prevalente como es la esteatosis hepática, cuya incidencia además no hace más que aumentar. Sin embargo, debido al papel que la ferroptosis juega en el daño a otros tipos de tejidos en nuestro cuerpo, es posible que el mismo principio pueda servir más adelante también para atajar otras patologías.
En términos generales, investigaciones como estas apuntan a una base molecular común a los procesos de envejecimiento en muchas partes del cuerpo. Encontrar la manera de intervenir sobre esta base molecular puede conferirnos algunas de las claves para mitigar los daños asociados al envejecimiento y, tal vez algún día, alargar nuestras esperanzas de vida o mejorar nuestra calidad de vida a medida que envejecemos.
Referencias
Du, K., Wang, L., Jun, J.H. et al. Aging promotes metabolic dysfunction-associated steatotic liver disease by inducing ferroptotic stress. Nature Aging (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s43587-024-00652-w
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