Claves de la terapia genética para el alzhéimer: cuáles son las promesas y los retos por resolver

Aunque la edición genética ha demostrado mucho potencial a la hora de mejorar la progresión de la enfermedad, la complejidad de las enfermedades neurodegenerativas aún aleja la perspectiva de una cura.

Un científico trabajando con material genético.
Un científico trabajando con material genético.
Andrew Brookes
Un científico trabajando con material genético.

Sólo en nuestro país se estima que casi un millón de personas vive a día de hoy con un diagnóstico de alzhéimer, según los datos de la Sociedad Española de Neurología. Una cifra que resulta especialmente dolorosa si tenemos en cuenta que hasta el momento no contamos con tratamientos curativos para la enfermedad, sino sólo con estrategias para ralentizar la progresión de los síntomas. 

Son muchas las avenidas que los científicos exploran en la búsqueda de nuevas terapias frente a las patologías neurodegenerativas, y una de las más prometedoras es la de la terapia genética. Se trata, no obstante, de una tecnología en fases incipientes de desarrollo, que aún plantea un gran número de dudas y enigmas. 

¿En qué consisten?

Las terapias genéticas son todas aquellas que buscan tratar enfermedades congénitas o adquiridas modificando el ADN del paciente. Esto puede incluir introducir, eliminar o alterar genes específicos que de alguna manera se relacionan con las causas subyacentes de una condición.

Para llevar a cabo estos cambios en una parte tan esencial de nuestro ser biológico como es el material genético, explica el portal de noticias sobre salud Healthline, comúnmente se emplea lo que se conoce como vector; frecuentemente, virus modificados genéticamente (existen también otras clases) para que se introduzcan en las células objetivo y, en lugar de reproducirse sin control, provoquen las alteraciones buscadas. En el contexto específico del alzhéimer, las células objetivo pertenecen típicamente al sistema nervioso.

Una vez dentro de las células del huésped, los genes introducidos o modificados se integran en el ADN y desencadenan la producción de proteínas específicas (el tipo de molécula en el que nuestro organismo traduce de manera natural los genes para que pueda 'materializarse' la información contenida en ellos). Por ejemplo, estas nuevas proteínas introducidas terapéuticamente pueden corregir anomalías genéticas preexistentes, reducir acumulaciones dañinas de proteínas como las placas de beta-amiloide típicas del alzhéimer, promover la supervivencia de las células o modular la respuesta inmunológica. 

¿En qué estado se encuentran las terapias genéticas?

Este enfoque se encuentra aún en etapas experimentales, y plantea algunas dificultades en el caso del alzhéimer. En primer lugar, hay que tener en cuenta que no está del todo claro cuál es el papel concreto de la genética en la patología del alzhéimer; de hecho, en un sentido más amplio existe un fascinante debate científico sobre las causas de la enfermedad. Algunas teorías postulan que ciertos cambios genéticos en las células pueden contribuir a la progresión del alzhéimer, pero no está claro si estos cambios son heredados o de origen ambiental.

Sea como sea, algunos ensayos con terapias genéticas para el alzhéimer han logrado provocar cambios genéticos en las células objetivo (como los recopilados en una revisión de la literatura publicada en el medio especializado Journal of Alzheimer's Disease), llegando incluso a lograr reducir las acumulaciones de proteínas anormales en el tejido cerebral características de la enfermedad (llamadas placas de beta-amiloide) y a mejorar la memoria en modelos animales (según un artículo publicado en la revista académica Human Molecular Genetics).

Por desgracia, los ensayos clínicos practicados sobre humanos por el momento, según detalla una revisión publicada en el medio científico Current Gene Therapy, han arrojado resultados menos concluyentes.

¿La clave para una cura?

Ciertamente, las terapias genéticas están abriendo horizontes prometedores en el tratamiento del alzhéimer. No obstante, es difícil asegurar con certeza si son la llave para una potencial cura del alzhéimer, en gran medida debido a la complejidad de la propia enfermedad y al modo en el que los diferentes factores de riesgo que conocemos contribuyen a la patología.

Las nuevas tecnologías de edición genética están permitiendo cada día una mayor precisión a la hora de corregir las mutaciones que se han asociado a enfermedades como el alzhéimer; por otro lado, la ciencia cada vez pone más de manifiesto la influencia de factores del estilo de vida y del ambiente en el desarrollo del alzhéimer, dificultando la eliminación de la enfermedad. 

Por ello, en la actualidad las terapias genéticas en desarrollo para el alzhéimer buscan más bien la ralentización de la progresión, la reducción de los síntomas, o el retraso del inicio del cuadro. La investigación futura con estas metas en mente es esencial para refinar estas estrategias y mejorar su efectividad a la hora de mejorar la vida de los pacientes.

¿Cuáles son las terapias más prometedoras?

El genético no es el único flanco por el que los investigadores están tratando de abordar el alzhéimer. En los últimos años, son muchas las áreas que han visto desarrollos interesantes que podrían resultar interesantes para tratar la enfermedad.

Por ejemplo, una línea que podría ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo que se asocia a esta condición es la de las terapias de anticuerpos monoclonales; precisamente, la Sociedad del alzhéimer cita tres de estos fármacos aún en fase de desarrollo entre los fármacos modificadores de la enfermedad más prometedores en la actualidad.

Similarmente, en la actualidad existen en marcha trabajos como compuestos que se dirigen a la proteína tau (que, como el beta-amiloide, se acumula de maneras anormales en el tejido cerebral de las personas con alzhéimer), las terapias con células madre, el uso de fármacos antiinflamatorios, el uso de medicamentos neuroprotectores, las estrategias de vacunación frente a las formas anormales de las proteínas beta-amiloide o tau, la medicina de precisión (basada en personalizar el tratamiento en base al perfil genético y molecular específico de cada paciente), los factores neurotróficos o la combinación de terapias.

Aunque la cura esté lejana, y los tratamientos aún sean difíciles, en conjunto estas líneas de investigación dibujan un mejor futuro para los pacientes con alzhéimer, que quizás a lo largo de las próximas décadas van a ver sustancialmente aumentada su esperanza y calidad de vida. 

Referencias

Sociedad Española de Neurología. El 35% de los casos de Alzheimer se pueden atribuir a nueve factores de riesgo modificables (2019). Consultado online en https://www.sen.es/saladeprensa/pdf/Link280.pdf el 03 de octubre de 2023.

Rashida Ruwa. What to Know About Gene Therapy for Alzheimer’s Disease. Healthline (2023). Consultado online en https://www.healthline.com/health/alzheimers/alzheimers-gene-therapy-treatment#what-is-gene-therapy el 03 de octubre de 2023.

Matthew J. Lennon, Grant Rigney, Vanessa Raymont, Perminder Sachdev. Genetic Therapies for Alzheimer's Disease: A Scoping Review . Journal of Alzheimer's Disease (2021). DOI: 10.3233/JAD-215145

Griciuc A, Federico AN, Natasan J, Forte AM, McGinty D, Nguyen H, Volak A, LeRoy S, Gandhi S, Lerner EP, Hudry E, Tanzi RE, Maguire CA. Gene therapy for Alzheimer's disease targeting CD33 reduces amyloid beta accumulation and neuroinflammation. Human Mollecular Genetics (2020) DOI: 10.1093/hmg/ddaa179.

Tedeschi DV, da Cunha AF, Cominetti MR, Pedroso RV. Efficacy of Gene Therapy to Restore Cognition in Alzheimer's Disease: A Systematic Review. Current Gene Therapy (2021) Doi: 10.2174/1566523221666210120091146.

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Redactor de Salud '20minutos'

Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, trabajo como redactor de Salud dentro del equipo de Desarrollo de Audiencias para 20minutos. Comencé mi andadura en el periodismo haciendo prácticas y una beca en la sección de Última Hora de este medio, y tras graduarme en 2020 pasé por la sección de Cierre de la Edición en Papel. Además, tengo experiencia profesional como diseñador gráfico y web y como editor de vídeo. Mi gran pasión es la música, pero también me interesan áreas tan diversas como la literatura y las artes, las ciencias o la política, y soy un gran amante de los animales.

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