Ocho claves para aprender a convivir con una enfermedad (y no desfallecer en el intento)

Convivir con una enfermedad, física o mental, requiere de un esfuerzo de adaptación positiva que nos lleve a vivir 'con' esa dolencia y no 'para' ella. El jefe de psiquiatría del hospital Infanta Leonor nos explica cómo conseguirlo.

Las vacaciones, el mejor momento para establecer un plan de acción frente a la enfermedad
Las vacaciones, el mejor momento para establecer un plan de acción frente a la enfermedad
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Las vacaciones, el mejor momento para establecer un plan de acción frente a la enfermedad

Aprovechar el verano para poner en orden nuestra salud física y mental cuando nos vemos obligados a convivir con una enfermedad es una excelente idea. Esta época del año en la que bajamos el ritmo puede ser un periodo de reflexión y análisis en el que replantearnos nuestros hábitos, comportamientos y rutinas, especialmente si padecemos una enfermedad. Pero, ¿cómo lo hacemos? El jefe de psiquiatría del hospital Infanta Leonor de Madrid y colaborador de Neuraxpharm España, dr. Fernando Mora, brinda a 20minutos las claves para conseguirlo.

Convivir con una enfermedad es un proceso lleno de desafíos que implica saber adaptarse a los síntomas, a la limitación funcional, a los tratamientos, la incertidumbre y los constantes cambios. Se trata de una situación que puede afectar a la calidad de vida y la salud emocional de las personas afectadas, que deben integrar esa dolencia en su día a día. La herramienta que nos ofrece el doctor Mora en formato plan de acción refleja un camino complejo, pero también un viaje lleno de revelaciones interiores, de resiliencia y de superación. Estas son las 8 claves para transitarlo de la mejor manera.

1- Toma de control de la enfermedad

Cuando padecemos una enfermedad, es frecuente tener la sensación de que muchas situaciones escapan a nuestro control. Además, algunas decisiones que tomamos pueden verse influenciadas por la enfermedad en lugar de depender exclusivamente de nosotros. La presencia de la enfermedad puede condicionar nuestra perspectiva y elecciones, añadiendo así un mayor malestar a nivel emocional. 

Las rebajas son una buena oportunidad para comprar con un buen descuento algo que haga falta. Por eso, es importante antes de salir de casa pensar lo que necesitas y elaborar una lista. Así, evitas gastar más de lo necesario y las compras impulsivas.
Apuntar todo lo que nos inquieta puede ser un buen ejercicio para tomar el control
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Por eso, algo fundamental para afrontar la enfermedad es recuperar la sensación de control sobre nuestras vidas. La propuesta del ejercicio de este verano para este área es que, cualquier persona que quiera, pueda reflexionar sobre cómo es el control que tiene sobre su enfermedad y que, con la #herramientaplandeaccion, se proponga qué cosas puede hacer para mejorar la forma en la que la controla, cómo las va a llevar a cabo y cuándo las va a poner en marcha.

2- La planificación más allá de la enfermedad

Una enfermedad puede hacer que, muchas veces, tengamos que cambiar ciertas rutinas, modificar nuestros planes e, incluso, tengamos que adaptar nuestro estilo de vida. Esta adaptación no es fácil y puede afectar negativamente a nuestra salud emocional. En este punto, es muy importante ser conscientes de que, aunque una enfermedad puede ser una situación compleja, no puede limitar completamente nuestra capacidad para seguir haciendo cosas. 

Establecer metas realistas, planificar con el apoyo de las personas que nos rodean o fomentar nuestra capacidad para reinventarnos, pueden ser estrategias muy útiles a la hora de hacer planes más allá de la enfermedad.

3- La importancia de tener la información correcta

Cuando nos diagnostican una enfermedad muchas veces buscamos información movidos por la preocupación y sin suficiente capacidad para filtrarla, lo que hace que muchos de los datos que encontramos sean de escasa calidad científica y que consigan el efecto contrario: desinformarnos y generarnos aún más miedo e incertidumbre. 

Por eso, es fundamental tener la información correcta sobre nuestra enfermedad. Una buena fuente debe proceder de profesionales sanitarios expertos en el tema o de webs de organizaciones sanitarias reconocidas; nunca confiéis en fuentes sin contrastar. 

Ordenador portátil
La información que busquemos debe proceder De Fuentes fiables y estar contrastada por los profesionales médicos de confianza.
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Una buena propuesta en este área sería, por ejemplo, tener siempre presente que no hay que hacer caso a información que provenga de personas que no tengamos claro si son realmente profesionales sanitarios y que, ante cualquier duda, se contraste esa información con un profesional sanitario de confianza, su médico, farmacéutico o enfermero.

4- El papel del optimismo frente a la enfermedad

Cuando nos enfrentamos a una enfermedad es muy frecuente que el pesimismo se convierta en una actitud predominante en nosotros, sobre todo cuando tenemos muchos síntomas o cuando la enfermedad no evoluciona como esperábamos. 

Para evitar que esto suceda es muy importante reinterpretar nuestra realidad de forma positiva y centrarnos en las cosas que sí podemos hacer. Mantener una actitud optimista nos ayuda a ser más resilientes y a convivir mejor con la enfermedad.

5- La gestión emocional de la enfermedad

Además del pesimismo, otras emociones como el miedo, la frustración o la rabia pueden surgir cuando tenemos un diagnóstico. Gestionar estos sentimientos es fundamental para una buena salud emocional y para convivir de la mejor forma posible con nuestra nueva situación. 

Algunas estrategias muy útiles para ello y que pueden ser una buena propuesta en este área son el tratar de aceptar y validar estas emociones, el hablar de ellas con personas de confianza o con profesionales, y el proponerse aprender técnicas específicas para controlarlas.

6- El humor frente a la enfermedad

Algo muy habitual cuando tenemos una enfermedad es que se afecte nuestro humor. Muchas de las personas a las que trato en consulta me dicen que han perdido su buen humor desde que les diagnosticaron su enfermedad y que echan de menos poder tomarse de otra forma algunas de las cosas que les pasan. Pues bien, el humor es una estrategia fundamental para poder convivir con la enfermedad, así que hay que trabajar para recuperarlo. 

Una joven sonríe.
El humor y la risa nos ayudan a convivir con la enfermedad desde otra perspectiva.

Afrontar una enfermedad con humor no significa que estar enfermos no sea algo serio, sino que el objetivo es conseguir, a través del buen humor, reducir el estrés y mejorar nuestro estado de ánimo. Para conseguir esto, hay que procurar hacer actividades que nos diviertan y nos hagan sentir bien y, siempre que podamos, reírnos de las cosas que nos suceden.

7- La importancia del contacto social para afrontar la enfermedad

Es muy frecuente buscar refugio en la soledad cuando tenemos una enfermedad. El mero hecho de no encontrarnos bien o de no querer dar explicaciones, puede hacer que nos aislemos socialmente. Pero, como todos intuimos, aislarnos y quedarnos a solas con nuestro sufrimiento, no es la mejor opción pues puede hacer que nos sintamos aún peor. 

Habla con tus familiares y amigos para que entiendan lo importante que es para ti aprobar esa oposición y te animen a conseguirlo. Siempre es mejor afrontar cualquier reto con apoyo que en solitario.
Tras el diagnóstico, lo mejor que podemos hacer es buscar el apoyo social y no aislarnos.
PIXABAY / ANEMONE123

A la hora de afrontar la enfermedad, el apoyo y la conexión con otras personas se convierten en un pilar fundamental. Estoy seguro de que con la #herramientaplandeaccion muchas personas van a ser capaces de reflexionar sobre las cosas que pueden hacer para mejorar sus relaciones sociales, como qué relaciones han dejado atrás y les gustaría recuperar o en qué momento es más necesario ese contacto social. 

La idea es establecer un plan de acción para, al igual que con el resto de áreas, establecer qué vamos a hacer, y cómo y cuándo vamos a llevarlo a cabo.

8- Tomemos distancia de nuestra enfermedad

Muchas veces, la enfermedad está tan presente en nuestro día a día que acaba formando parte de nuestra identidad. Sin embargo, no podemos dejar que la enfermedad nos defina: somos mucho más que un diagnóstico. Es fundamental trabajar para explorar cómo somos y para disfrutar de todas las facetas que tenemos como personas. 

Además, es muy importante enfocarnos en otros proyectos más allá de la enfermedad que despierten nuestro interés y nos motiven. Al poner foco en otros proyectos y reconocer nuestra capacidad, nos fortalecemos y encontramos la determinación para no permitir que la enfermedad nos defina por completo.

Reutilizando materiales que tenemos en casa o con pequeños detalles se puede crear un cuaderno totalmente nuevo para empezar con motivación el curso.
Para tomar distancia de nuestra enfermedad, debemos buscar motivación.
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Estas 8 áreas de actuación están directamente relacionadas con el afrontamiento de la enfermedad y es muy frecuente que se afecten tras el diagnóstico. El objetivo del ejercicio de este verano, como nos explica el especialista entrevistado, es pararse a reflexionar sobre cómo están estas áreas en cada uno de nosotros y qué cosas podemos hacer para mejorarlas. 

La idea es definir de la forma más concreta posible lo que vamos a hacer y establecer cómo y cuándo vamos a hacerlo. Sin duda, mejorar estas áreas va a ayudarnos a convivir mejor con nuestra enfermedad.

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