Diez estrategias para convertir un trabajo estresante en uno zen

Móvil, ratón, teclado, pantalla... son muchos los periféricos y aparatos que acabamos conectando al ordenador.
La desconexión digital es una de las reglas de oro para que el trabajo no acabe por invadir nuestras vidas.
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Móvil, ratón, teclado, pantalla... son muchos los periféricos y aparatos que acabamos conectando al ordenador.

En mayo de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocía oficialmente como enfermedad el ‘burnout’ o ‘desgaste profesional’, trastorno emocional vinculado al ámbito laboral que aparece como consecuencia de una situación de estrés laboral crónico, fruto de la incapacidad para desconectar del trabajo, lo que repercute negativamente en la salud física y mental. Una situación que el auge de los entornos de trabajo híbridos y el impacto generado por la pandemia no ha hecho más que acrecentar.

De hecho, el estudio de la aseguradora de salud Cigna, COVID-19 Global Impact, perteneciente a su informe anual 360º Wellbeing Survey 2020, determinó que el porcentaje de empleados españoles que afirmaban vivir inmersos en una cultura “always on” en su trabajo ascendía al 74%. Asimismo, la situación de incertidumbre y los cambios en el entorno laboral propiciaron entonces que el 45% de los españoles en activo reconociera sufrir estrés relacionado con el trabajo.

¿Cómo salir de este bucle cuando la presión, la velocidad o las tensiones acaban definiendo el día a día de los trabajadores y ponen en peligro su bienestar psicológico? Desde la plataforma de apoyo psicológico para empresas y trabajadores ifeel aportan varias estrategias que pueden ayudar a transformar un trabajo estresante en una actividad mucho más zen.

Calibrar la verdadera importancia del trabajo

Si bien es cierto que cada trabajo es importante y hay que desarrollarlo con seriedad también es verdad que las exigencias que llegan desde fuera y que incorporamos a las rutinas pueden llevarnos a funcionar como si cada cosa que se hace fuese de vida o muerte o como si de nuestro rendimiento rápido e hiperproductivo dependieran cosas de lo más trascendentales.

“Lo creamos o no, esto es verdad solo en un puñado de empleos. Los demás son importantes y hay que realizarlos con profesionalidad y eficiencia, pero no requieren necesariamente el nivel de urgencia y relevancia que a menudo les atribuimos”, dicen los expertos de ifeel. Los psicólogos recomiendan ajustar bien estas expectativas para trabajar de manera más relajada. 

Darse cuenta de nuestros ritmos e inercias

Los expertos recomiendan analizar las diferentes acciones que se llevan a cabo en el trabajo y detectar qué aspectos de nuestra manera de trabajar tienen que reajustarse. “Observa la velocidad a la que funciona tu sistema (la mente, el cuerpo, el comportamiento), date cuenta de tu estilo acelerado, abrupto o sobrecargado a la hora de trabajar”. Los psicólogos aseguran que detenerse en esto es la única manera de detectar las necesidades, miedos o creencias mal aprendidas que están detrás de esa manera de trabajar para poder actuar sobre ellas.

Hacer menos pero hacerlo mejor

Aunque no siempre tengamos capacidad de decisión sobre el volumen de las tareas, las fechas de entrega o los distractores que pueden obstaculizar el rendimiento sí es posible reconocer que a veces es más satisfactorio hacer menos cosas pero con más cuidado que producir mucho de una manera más chapucera. “Si lo consigues, no solo disminuirás el estrés de tener que hacer más y más, sino que sentirás más satisfacción con tus resultados”, aseguran los especialistas. 

Pensar menos y ponerse en marcha

No a todos les funcionan las mismas recetas para bajar el ritmo y relajarse en el trabajo por ello los expertos recomiendan imaginar “tres cosas que te relajarían y podrías aplicar mañana mismo en tu puesto de trabajo. Deben ser cosas que a ti en concreto te ayudarían a regular mejor tu estado interior y a tener más tranquilidad. Si están en tu mano y no van en contra de tu rendimiento, sal de la pereza y ponlas en práctica”. 

Desconexión digital

Los psicólogos recuerdan que para tener una buena conexión psicológica de la mente, las emociones y la conducta es importante que el trabajo no invada nuestra vida. “Piensa que implicarte con tus tareas las 24 horas del día es implicarte más tiempo, pero no hacerlo mejor”, indican.

Un buen rendimiento necesita de pausas y momentos de evasión para conseguir que el organismo esté en las mejores condiciones y tener buenas ideas. “No tengas miedo a bajar la persiana del todo en el momento que toca para que no le cojas aversión al trabajo y mañana puedas levantar esa persiana con la mejor actitud”, insisten. 

Organizar adecuadamente el trabajo

Los expertos sugieren algunas estrategias eficaces: no juntar demasiadas reuniones en un mismo día ni programarlas en el peor momento del día o de la semana, o bien procurar que no haya tiempos muy prolongados con muy poca tarea y luego otros donde las tareas se amontonan provocando un gran estrés. “El equilibrio en el trabajo siempre va a favor de la experiencia zen”, añaden.

Programar correctamente el horario

Para los psicólogos es básico organizar las horas de trabajo de manera que estén al servicio de la salud. Organizarse lo mejor posible el día a día para llegar a la oficina con tranquilidad y sin prisas para ponerse a la tarea con reposo. “Entrar cada día al trabajo ya con la sensación de que vamos mal, y abrir el ordenador como un elefante que entra a una cacharrería no ayuda a generar una disposición relajada para trabajar”, explican. 

Comer con tranquilidad

Aunque muchas veces lo pasemos por alto, el momento de la comida es importante y hay que dedicarle atención. “Siempre que puedas, intenta no comer rápido, como si tuvieras prisa, como si hubiera que ir a apagar un fuego dentro de cinco minutos. A veces es cuestión de dedicarle diez o quince minutos más: ninguna catástrofe va a ocurrir solo porque te los tomes para comer como una persona”, recuerdan. También recomiendan compartir ese momento con otros compañeros.

El orden y la limpieza, fundamentales

Mantener el lugar de trabajo en buenas condiciones de orden y limpieza tanto si se está en la oficina como si se teletrabaja ya que el ambiente influye notablemente tanto en el estado de ánimo como en la capacidad de concentrarse. 

Entre sus principales consejos: “Asegúrate de trabajar en el lugar más adecuado posible en cuanto a los ruidos y la luz, que esté limpio y a una temperatura adecuada e introduce los elementos que consideres necesarios para volverlo más cómodo y agradable, asegúrate de que tu mesa está despejada, sin elementos que contribuyan a la distracción o el desorden”. 

Priorizar el silencio

Aunque los psicólogos puntualizan que cada cual sabe qué le distrae, qué le entretiene y qué le ayuda a fluir en la realización de sus tareas laborales el silencio es uno de los mejores aliados a la hora de lograr una experiencia zen en el trabajo. “Algunas personas no están acostumbradas porque el silencio hace que, paradójicamente, aumente el ruido que escuchamos desde nuestro interior. Sin embargo, el silencio es el comienzo de la conexión con uno mismo y nos ayuda a alinearnos con el momento presente”. 

 

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