La falta de formación, principal barrera para implementar la telemedicina en el tratamiento de la diabetes

Bomba de insulina para el tratamiento de la diabetes.
Bomba de insulina para el tratamiento de la diabetes.
MEDTRONIC
Bomba de insulina para el tratamiento de la diabetes.

Un estudio ha identificado las principales barreras en la aplicación de la telemedicina a la diabetes y entre ellas destaca la falta de formación diabetológica de pacientes y profesionales, el bajo nivel de alfabetización digital y la falta de disponibilidad de las infraestructuras necesarias.

En la elaboración del informe 'Telemedicina e innovación en diabetes', presentado por IESE Business School y Abott, han participado el presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Francisco Javier Escalada; el vicepresidente de la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS), Jesús Galván Romo; el presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), Juan Francisco Perán, el presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED), Antonio Pérez; el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, José Martinez Olmos y Francisco el jefe del Área de Sistemas Clínicos de Información del Ministerio de Sanidad, José Sánchez Laguna.

En este sentido otra dificultad recogida en el estudio es la reticencia de los propios profesionales sanitarios, que a veces temen que la telemedicina reemplace la asistencia en persona.

Otra barrera para la implantación de la telemedicina en estos pacientes es el coste de adquisición en el corto plazo de los dispositivos de monitorización de glucosa en líquido intersticial por parte de la Administración.

"A pesar de la abundante literatura que demuestra su eficiencia, desde el punto de vista de la reducción de costes derivados de las complicaciones, o la aminoración del absentismo laboral y la mejora de la calidad de vida, en la actualidad, el factor de mayor peso en la implementación de su financiación para pacientes con diabetes tipo 2 es el coste de adquisición", se recoge en el estudio.

En este sentido, según los autores, el hecho de que la Administración tenga una visión por silos dificulta ver los ahorros que puede suponer en el medio plazo, dando prevalencia a la perspectiva del impacto económico sobre el presupuesto sanitario a corto plazo.

Otro de los motivos de la falta de implantación de la telemedicina en los pacientes con diabetes es el retraso en la adopción de la innovación por parte de las CCAA. De hecho, el tiempo de acceso regional para nuevos productos, desde la aprobación del precio financiado hasta que estos llegan finalmente al paciente, oscila entre los 3 y los 7,8 meses de media, registrándose diferencias significativas entre CCAA.

Así las cosas, los autores del informe proponen una inversión en infraestructura. "No es posible dar soluciones de futuro con herramientas del pasado, y una telemedicina de calidad requiere de inversión en tecnología por parte de la sanidad pública", reclaman.

En este sentido, resulta preciso "poner herramientas robustas y fáciles de utilizar" a disposición de pacientes y profesionales sanitarios para la realización de las visitas telemáticas, la monitorización remota y la integración de datos, así como para poder llevar a cabo un análisis ágil de la evolución de estos últimos.

Otras medidas que proponen es la incorporación de pacientes expertos con esta patología, así como a profesionales sanitarios, en el diseño y la toma de decisiones del nuevo modelo asistencial de gestión de esta enfermedad; así como la potenciación de criterios unificados para el tratamiento de la diabetes, con independencia de dónde se produce el acto médico.

Asimismo, estos expertos también abogan por evidenciar el ahorro y la inversión que supone una individualizada y correcta monitorización de la diabetes, la cual contribuye, por un lado, a aminorar la aparición de complicaciones a corto y largo plazo y, por otro, a reducir tanto los costes como la presión asistencial.

Por otro lado, según estos especialistas, también es necesario establecer un modelo de , online y presencial, para lo que habría que planificar dicha atención y establecer los tiempos necesarios para la preparación y realización de las visitas telemáticas. Al respecto, estas deben considerarse equivalentes a las presenciales en cuanto a esfuerzo por parte de los profesionales sanitarios.

Asimismo, consideran preciso disponer de mecanismos de seguimiento remoto, como los sistemas de monitorización de glucosa en líquido intersticial, para poder asegurar la eficacia de la teleconsulta. En este ámbito, también proponen integrar los datos de los dispositivos de monitorización remota en la historia clínica electrónica del paciente, facilitando que la información que generan las diferentes herramientas y plataformas esté disponible para los profesionales sanitarios en un repositorio común.

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