Dr. Salvador García-Delpech
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Co-Director médico Clínica Aiken
Fundación Aiken. Valencia.
El hecho de que un rayo de luz deje de ir libremente por el aire y decida atravesar una estructura como es el ojo, llegar así a proyectarse en la pantalla que supone la retina, activar a los fotorreceptores y transformarse en una señal eléctrica que, de camino al cerebro, nos dé una imagen clara de lo que hay en nuestro entorno, nos permita ver paisajes, personas, disfrutar de momentos especiales, tener experiencias increíbles,… si lo piensas dos veces, parece más un milagro que algo real.
Todo este proceso va a requerir de una perfección increíble en las estructuras que va a ir atravesando, es algo que parece imposible ¿no te parece?
Atravesar la córnea
Pues bien, la primera capa anatómica que va a atravesar esa luz es la córnea, una pequeña esfera transparente que está justo delante del ojo, protegida por unos párpados y recubierta de una fina capa lagrimal que la humedece y nutre.
La luz ha de ser enviada como decimos hacia esa capa más profunda del ojo que es la retina, y para ello hay de hacer que los rayos se acerquen entre sí, como si pusiéramos una lupa entre la luz del sol y un papel y tratásemos de concentrar la luz de esa manera, por eso esta capa tiene muchas dioptrías que ayudan a converger la luz, unas 45 dioptrías.
Imagínate que esa primera capa, esa córnea, viniera defectuosa, imagina que en vez de ser una esfera como la de un balón de fútbol, lo fuera como la de uno de rugbi…Generarías unas imágenes muy diferentes según la luz entrase por el lado más o menos curvo de la esfera y eso daría una imagen final muy extraña ¿no te parece?, pues a eso le venimos llamando astigmatismo. Bueno, aunque la mayor parte de las veces se produce por un fallo en la córnea, también lo puede ser por un fallo en el cristalino, la siguiente lente que va a encontrar la luz al entrar en el ojo.
Obviamente esto es una explicación sencilla, pero real y creo que interesante para entender tanto qué es el astigmatismo cómo todo lo que voy a explicar después. por ejemplo, un ojo puede ser miope o hipermétrope, y en ambos casos tener astigmatismo, no es exclusivo de ninguno de ellos.
El astigmatismo se mide en dioptrías
El astigmatismo lo vamos a medir en dioptrías, porque es un error que influye en las dioptrías del ojo, pero además tendremos que decir en qué eje se encuentra ese astigmatismo, recuerda el ejemplo de antes, no es lo mismo poner el balón de rugby horizontal que vertical, por eso para definir el astigmatismo nos imaginamos una esfera de un reloj delante del ojo y decidimos a qué grados de dicha esfera estarían las dioptrías.
Además lo podremos corregir con cristales positivos o negativos según el eje que decidamos corregir, por eso si miras la receta de gafas de un oftalmólogo, verás que pondremos por ejemplo +3 a 90, que serían 3 dioptrías positivas en el eje vertical, a 90 grados.
Por otra parte, ninguna córnea es totalmente perfecta, así que consideramos que media dioptría sería una astigmatismo fisiológico, es decir, normal, asumible en la mayor parte de los casos.
Por supuesto en medicina nada es exacto o absoluto, si una persona tiene media dioptría de astigmatismo y le molesta mucho, habrá que hacer algo para solucionalo, lo que quiero decir es que la mayor parte de nosotros ni nos damos cuenta de esos pequeños astigmatismos, forman parte de nosotros.
Astigmatismos irregulares
También puede ser que esa anomalía de la córnea no sea regular, es decir, que sea muy asimétrica, es lo que pasa por ejemplo en enfermedades como el queratocono, del que hablaremos otro día. En este caso hablaremos de astigmatismos irregulares y serán mucho más difíciles de corregir o de tratar, requerirán asociar diversas técnicas para obtener un buen resultado.
Gafas o lentes de contacto
Así pues, para corregir el astigmatismo, podemos utilizar gafas o lentes de contacto, en ambos casos será muy importante el eje en el que se sitúa la corrección y en el caso de las lentillas, si son blandas, dispondrán de una especie de "peso" en la parte inferior para poder mantener esa posición.
La cirugía es una buena solución
La cirugía es una buena solución en la mayor parte de los casos también, bien sea mediante láser directamente sobre la córnea (moldeándola para corregir ese error que tiene) o con lentes intraoculares (en este caso unas “marcas” en la lente nos indicarán la posición correcta de la misma) o incluso con una combinación de técnicas que pueden incluir anillos intracorneales (unos refuerzos que se ponen en la propia córnea) o luz ultravioleta (para activar una sustancia, la riboflavina), como parte del tratamiento quirúrgico.
¿Cuál es la mejor solución quirúrgica?
¿Cuál es la mejor solución quirúrgica? Dependerá de cada persona, de cada caso, pero no te preocupes, tu médico oftalmólogo, con unas pruebas sencillas y una exploración en la consulta te va a indicar las mejores opciones, bien sean ópticas o quirúrgicas, en tu caso en concreto.
En cualquier caso, se trata una vez más de una alteración de tu ojo que debe de ser diagnosticada y tratada por un médico oftalmólogo. Sería una lástima por ejemplo que no se diagnosticase al principio un astigmatismo irregular y que al corregirlo con gafas, sin haber descartado un queratocono incipiente, empeorásemos el pronóstico de dicha enfermedad, al fin y al cabo es tu ojo, que es lo que permite que veas el exterior, que disfrutes de los paisajes, que te relaciones con tu entorno de una manera diferente y tengas experiencias increíbles a lo largo de tu vida, es importante que un médico lo vigile y lo cuide. ¿No crees?
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