España ha notificado a la Comisión Europa de la anomalía detectada en unos cereales que procedían desde Reino Unido. Los análisis fronterizos han detectado niveles altos que superan el máximo permitido de Ocratoxina A, que conllevan un riesgo peligroso para la salud. El Sistema de Alerta Rápido para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) ha sido el encargado de registrar la alerta del Ministerio de Sanidad.
Los cereales contaminados por estas toxinas producidas por los hongos Penicillium y Aspergillus han arrojado datos del 2,45 (+/- 17,9%) µg/kg - ppb frente al máximo permitido que es el 2 µg/kg - ppb. La Ocratoxina A suele contaminar los alimentos de consumo, sobre todos aquellos que tiene su origen en zonas húmedas y templadas. Los productos más afectados son los cereales, las legumbres, el café y el cacao. Esta proliferación de los hongos en el momento del cultivo generan estas micotoxinas que, de llegar a consumo humano, son neurotóxicas, inmunosupresoras, genotóxicas, carcinógenas y teratogénicas.
Cereales contaminados de Ocratoxina A
Mientras que desde España están tratando de corregir y poner solución a la detención de la distribución de estos cereales, la Rasff no notifica cuál es la posición de la Comisión Europea. De hecho, no registra la información de la distribución, sin poder asegurar así si se ha detenido por completo o es posible que este producto haya podido llegar al mercado.
Esto supone así una mayor preocupación, ya que desde la Rasff tampoco señalan ni la marca ni la fábrica responsable del cultivo de estos cereales. De hecho, esta falta de información es algo que desde FACUA-Consumidores en Acción llevan criticando de forma usual. Desde las Rasff no arrojan así posibles síntomas ni define los peligros observados más allá de marcarlos como un riesgo grave para la salud.
Cómo se produce la Ocratoxina A y qué riesgos tiene
Como ya se ha comentado esta tiene su aparición en el momento de almacenamiento de cultivos, sobre todo aquellos de granos. Estas micotoxinas aparecen como proliferaciones de hongos (Aspergillus ochraceus, Penicillium verrucosum y P. viricatum) pudiendo llegar a poner en peligro a la persona que consuma alimentos contaminados. Esta micotoxina fue detectada por primera vez en muestras de maíz africano y desde entonces ha supuesto un control crítico en este tipo de productos.
La mayor consecuencia hasta ahora detectada ha sido en animales, que tras una exposición larga a la Ocratoxina A han desarrollado toxicidad renal y cáncer de riñón. No obstante, desde la OMS señalan que la asociación de estos riesgo con los humanos no está todavía clara pese a presentar efectos renales.
Además, de la Ocratoxina A, cabe destacar que se pueden encontrar otros tipos como la ocratoxina B (OTB) y la ocratoxina C (OTC). Mientras que la primera es un derivado clorado de la A menos tóxico, la segunda tiene un menor potencial de toxicidad.
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