El herpes zóster facial que afecta al ojo se llama herpes zóster oftálmico. Es una infección ocular reactivada por el virus varicela-zóster, causante de la varicela y también de la erupción cutánea conocida como culebrilla. Su aparición es más común en personas mayores de 50 años y en aquellas con sistemas inmunológicos debilitados. La mayoría de las personas que han tenido varicela en algún momento de su vida están en riesgo de desarrollar herpes zóster facial.
Dra. Laura Porrúa
- Especialista en Cirugía Refractiva, Córnea y Cristalino. También especialista en Oculoplástica, Estética y Rejuvenecimiento Oculofacial del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla. Miembro de Top Doctors.
Los síntomas incluyen dolor y enrojecimiento en un ojo, así como una erupción cutánea en la frente y en el lado de la nariz que está cerca del ojo afectado. También puede haber una sensación de ardor o comezón en la piel afectada. Si el herpes zóster facial afecta al ojo, puede haber complicaciones graves, por lo que es importante buscar tratamiento médico de inmediato. De hecho, es muy importante contar con una evaluación oftalmológica especializada cuando el herpes zóster afecta a la cara.
Complicaciones graves
Esta enfermedad puede presentar complicaciones graves cuando afecta al ojo, como la queratitis o inflamación de la córnea (la capa transparente en la parte frontal del ojo), o la inflamación de la úvea (la capa intermedia del ojo) o la retina (el fondo de ojo). En estos casos se puede producir enrojecimiento, sensibilidad a la luz y disminución de la visión.
Además, el herpes zóster oftálmico puede dañar los conductos de drenaje del ojo, lo que puede provocar un aumento de la presión intraocular y llevar al desarrollo de glaucoma secundario, una enfermedad ocular caracterizada por un daño progresivo del nervio óptico y pérdida de la visión. En algunos casos, el herpes puede también afectar los nervios que controlan los movimientos oculares, lo que puede provocar una parálisis parcial o completa de los músculos oculares, provocando visión doble y dificultad para enfocar correctamente.
Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha de un herpes zóster ocular, ya que la asistencia temprana puede ayudar a prevenir complicaciones graves y a preservar la visión.
El tratamiento del herpes zóster ocular debe ser administrado por un oftalmólogo, ya que es una condición seria que requiere atención especializada. El objetivo principal del tratamiento es controlar la infección viral, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
Medicamentos antivirales
El primer paso suele ser el uso de medicamentos antivirales, orales o intravenosos, para combatir la infección y reducir la duración y gravedad del brote de herpes zóster. También se pueden recetar gotas o pomadas antivirales que se aplican en el ojo afectado según las indicaciones del médico.
Los medicamentos antiinflamatorios como los corticosteroides ayudan a reducir la inflamación y aliviar los síntomas oculares del herpes zóster, pero deben ser cuidadosamente supervisados por un médico debido a posibles complicaciones. Por último, los analgésicos como el paracetamol o los medicamentos antiinflamatorios no esteroides pueden ayudar a aliviar el dolor asociado con el herpes zóster ocular.
Pero, sobre todo, es importante seguir todas las indicaciones del médico y completar el curso completo de medicamentos antivirales prescritos. Por el contrario, si se deja sin tratamiento, el herpes zóster oftálmico puede causar complicaciones graves, como la pérdida de visión o incluso la afectación del sistema nervioso central.
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