Descubre cómo controlar la ansiedad por comer con estos 7 consejos efectivos

La necesidad que aparece de forma impulsiva e incontrolada por la comida es un problema que depende de señales hormonales y neurotransmisores que el cerebro interpreta de manera equivocada. 

La ansiedad por comer se produce de manera impulsiva y descontrolada.
La ansiedad por comer se produce de manera impulsiva y descontrolada.
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La ansiedad por comer se produce de manera impulsiva y descontrolada.

Sentirse con la necesidad de comer y no poder parar de hacerlo es un auténtico problema. En España se calcula que cerca de medio millón de personas sufren algún Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) y algunos de ellos pueden estar relacionados con factores como el estrés o la ansiedad. La ansiedad por la comida, concretamente, es el estado en el que la persona siente la necesidad de ingerir alimentos de manera impulsiva y descontrolada, sin realmente tener hambre. 

La persona que efectúa este tipo de conductas visita, con bastante frecuencia, la nevera para seguir comiendo, pero, ¿por qué sigue produciéndose el hambre si ya ha ingerido un determinado número de calorías? ¿Por qué no se ha saciado? La médica de familia Demetria González, del ambulatorio de Comillas, explica a 20Minutos. 

¿Por qué se manifiesta?

"El cerebro y la mente cree que quieres estar comiendo todo el tiempo y eso depende de señales hormonales y neurotransmisores. Una de las hormonas que más involucrada está en el tema de la regulación del apetito y la cual transmite la información al hipotálamo es la insulina, producida en el páncreas. Ella es la que cuando comemos nos ayuda a llevar la glucosa a las células para darles energía y almacenar otra parte en el hígado y en los músculos para usarla después. Entonces, cuando estás comiendo, el cuerpo segrega mucha cantidad de insulina. Y a su vez, junto con esta hormona, se estimula la producción de otras como la leptina y la grelina, las cuales tienen funciones contrarias."

Comer sano puede reducir el riesgo de tener demencia en el futuro.
Comer sano reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
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La leptina es un moderador que inhibe el consumo de la comida y suele aparecer a los veinte minutos después de comer, dando como resultado la saciedad. Sin embargo, la grelina incita y promueve la ingesta de alimentos. Las alteraciones de estas dos hormonas pueden favorecer el desarrollo de enfermedades relacionadas con la nutrición, como por ejemplo, la obesidad y, en determinados casos, diferentes TCA. 

Además de tener en cuenta este tipo de reguladores en el organismo, la dopamina juega un papel bastante importante, ya que con ella sentimos el placer "corto". De ahí que nos estimule a comer ciertos tipos de alimentos como por ejemplo los que contienen altos niveles de azúcares.

Recomendaciones para frenar la ansiedad

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Una mujer comiendo un helado de nata.
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Si se reconoce el problema, se puede solucionar. En este sentido, lo ideal es aplicar una serie de pautas que, si se realizan durante el tiempo suficiente como para adquirir el hábito, ayudarán y mucho a mejorar la alimentación y, por lo tanto, controlar esa ansiedad por la comida.

  • Las recompensas dulces que le damos a nuestro cuerpo hay que controlarlas. Es recomendable, en la medida de lo posible, evitar el azúcar y consumir solamente el que incluyan los alimentos de forma natural. Los edulcorantes, tal y como dice la OMS, no siempre son una alternativa saludable, en contra de la creencia popular. 
  • Asignar límites para establecer la frecuencia con la que se come. Es decir, tener un horario y unas pautas marcadas por un nutricionista.
  • No comer chicle porque los endulzantes artificiales que contienen encienden la hormona de la insulina.
  • Beber agua, para que el cuerpo, además de hidratarse, ofrezca una sensación de saciedad que llene el hueco de la comida. 
  • Incluir frutos secos, aguacate, coco o, en definitiva, grasas que sean saludables en nuestra dieta porque son alimentos que no estimulan la insulina y producen saciedad.
  • Aléjate de las salsas, puesto que poseen un poder de palatabilidad tan alto como los bollos o patatas de sabores potentes que incrementan la necesidad de comerlas y no parar de hacerlo.
  • Ocúpate y haz ejercicio. Intentar cambiar el hábito de comer por otro más saludable, como dar paseos o practicar algún deporte. 

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