Mantener un estado óptimo de salud es vital para desempeñar todas las tareas de nuestro día a día sin problemas. No en vano, esta abarca muchos aspectos y algunos de ellos se relacionan con los trastornos óseos o musculares que podemos llegar a sufrir con el paso del tiempo. Para evitarlos y no acusar dolores cuando vayamos a hacer según qué cosas, especialmente, en nuestro puesto de trabajo, es importante realizar una serie de hábitos y cuidados que garanticen cierta higiene postural.
La higiene postural es, efectivamente, el conjunto de normas, que tienen como objetivo mantener la correcta posición del cuerpo, en quietud o en movimiento y así evitar posibles lesiones, aprendiendo a proteger principalmente la columna vertebral, al realizar las actividades diarias, evitando que se presenten dolores y disminuyendo el riesgo de lesiones. Es muy importante tener presente esto porque las lesiones osteomusculares, sobre todo las que afectan a la espalda, cuello y extremidades superiores, son el problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente entre la población trabajadora, tal y como explica el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
¿Qué son los Trastornos músculo-esqueléticos?
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo explica que los TME relacionados con el trabajo "afectan principalmente a la espalda, el cuello, los hombros y las extremidades —tanto superiores como inferiores— y se incluye en ellos cualquier daño o trastorno de las articulaciones u otros tejidos. Los problemas de salud varían desde molestias y dolores leves hasta enfermedades más graves que requieren baja por enfermedad o tratamiento médico". Son según, cuentan, una de las dolencias de origen laboral más habituales en toda Europa.
Causas de los TME
Entre las causas que pueden llevar a desarrollar algún problema músculo-esqulético se encuentran varios factores, juntos o por separado.
- Manipulación de grandes cargas.
- Movimientos repetitivos o enérgicos.
- Posturas forzadas o estáticas.
- Una posición sentada o erguida durante mucho tiempo.
- Largas jornadas o el trabajo por turnos.
- Altas exigencias de trabajo y baja autonomía.
- Una baja satisfacción laboral.
- Antecedentes médicos.
- Capacidad física.
- Estilo de vida y hábitos.
Higiene postural: rutina de prevención
"La finalidad de la higiene postural es prevenir trastornos, reduciendo la carga que soporta nuestro organismo durante las actividades diarias. Una misma tarea se puede llevar a cabo en posturas diferentes, algunas de las cuales son más seguras y permiten realizarlas con menos esfuerzo físico", dicen desde el INSST. Esto significa que aplicando una serie de normas mínimas de manera rutinaria, prevendremos ciertos problemas, mejoraremos nuestra salud y, en definitiva, seremos más eficientes.
Claves y cuidados para una buena postura
Cada actividad requiere unas condiciones diferentes, pero en todos los casos hay que tratar de buscar una postura ergonómica. Esta se logra cuando sostienes el cuerpo para que la columna vertebral quede totalmente alineada. De tal manera que, si se realiza un trabajo durante muchas horas sentado, es importante seguir pautas como mantener la espalda recta, colocar la mesa a la altura de los codos, cambiar de postura, de vez en cuando y levantarte para estirar los músculos.
En el caso de llevar a cabo tu trabajo de pie, la postura que tendrá que tomar el cuerpo es distinta: desde recoger peso con las piernas flexionadas a evitar zapatos de tacón alto o andar antes que quedarse quieto. De informarte sobre la posición correcta, deberá encargarse tu empresa, aunque la responsabilidad individual es lo más relevante.
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