Consejos para prevenir el 'síndrome del cuidador quemado'

Archivo - Atención y acompañamiento a una persona mayor
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2020 más del 30% de las personas mayores de 64 años han sido dependientes.
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Archivo - Atención y acompañamiento a una persona mayor

La necesidad de cuidados para las personas mayores aumenta de forma considerable en España año tras año. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2020 más del 30% de las personas mayores de 64 años han sido dependientes. Un porcentaje que, indica el INE, se situará en torno al 60% en 2070.

En la actualidad, dos de cada diez personas mayores en España tienen dificultades para realizar alguna actividad de cuidado personal como alimentarse, sentarse y levantarse, vestirse o ir al servicio. Y de las personas que presentan alguna de estas dificultades, seis de cada diez necesitan más ayuda de la que disponen, según datos del Ministerio de Sanidad.

Asimismo, uno de cada diez españoles presta cuidados al menos una vez a la semana a personas mayores o con problemas crónicos de salud, según la Encuesta Nacional de Salud. Y son las mujeres las que ejercen con mayor frecuencia el rol de cuidadoras. Los datos señalan, además, que cuatro de cada diez españoles destinan más de 20 horas semanales a la atención de este grupo de población.

A pesar de ser una experiencia gratificante, estar a cargo de los cuidados de una persona mayor dependiente, y más aún cuando padece alguna enfermedad crónica como Alzhéimer, Demencia, ELA o Párkinson, puede llegar a generar problemas importantes en la relación del núcleo familiar y en la propia salud de aquellos que deciden responsabilizarse, generándoles agotamiento físico, emocional y mental.

Es lo que se conoce comúnmente como 'el síndrome del cuidador quemado' pero, ¿cómo prevenirlo y evitar riesgos para la salud tanto física como mental de los familiares que deciden asumir el rol de cuidador? Los expertos de Cuideo, empresa especialista en servicios para el cuidado de las personas mayores a domicilio, aporta algunos consejos que pueden ayudar a mitigarlo:

Conocer el punto en el que se encuentra la enfermedad del familiar

Para los especialistas es fundamental entender la enfermedad, su evolución y la forma en la que afecta a la persona mayor ya que permite anticiparse a los cambios progresivos que se irán produciendo, así como también comprender mejor las decisiones y actitudes que hay que adoptar en cada situación.

“Asimilar las dificultades a las que el familiar afectado se enfrenta es muy importante, ya que de esta forma se regulan las expectativas y, en definitiva, se relativiza la sensación de frustración que puede derivarse de la interacción con él”, explican.

Pedir ayuda emocional siempre que se necesite

Los expertos recomiendan que cuando el cuidador se siente tan desbordado como para bloquearse, lo mejor es poder expresar abiertamente lo siente, sus frustraciones, temores y resentimientos, con algún familiar cercano, amigo, compañero de trabajo o incluso con algún profesional experto.

“Todas estas comunicaciones favorecerán la relajación y el estado anímico de la persona que cuida al dependiente, así como también su relación intrafamiliar”, indican.

No dejar de lado la vida privada ni los momentos de desconexión

El desgaste físico y emocional que experimenta una persona que convive y cuida de alguien dependiente es tan profundo que puede derivar en serios problemas de salud, tales como taquicardias, depresión, insomnio o irritabilidad, entre otros. Por todo ello, los especialistas recomiendan encarecidamente dedicarse tiempo a uno mismo para desconectar y hacer lo que más le guste.

El ejercicio físico como el yoga o el pilates puede ser un gran aliado en estos casos, ya que permite tener un mayor control de la respiración, eliminar toxinas, apaciguar las tensiones diarias y mantener la fuerza muscular.

Asimismo, la vida social y personal también facilita la desconexión y permite recargar fuerzas para volver a los cuidados con mayor energía y vitalidad. “Puede parecer un tópico, pero nunca hay que olvidar que cuidar de nosotros mismos es fundamental para poder cuidar de los demás”, añaden.

Pedir ayuda a los profesionales del cuidado de mayores

Por último los expertos recomiendan recurrir a ayuda profesional a domicilio, ya sea de forma parcial o completa; cuando los familiares consideren que puede mejorar la calidad de vida de la persona mayor y evitar además que el entorno caiga en el 'síndrome del cuidador quemado'. “En los últimos años, han surgido numerosas plataformas de cuidadores a domicilio con amplia experiencia en patologías y demencias que pueden ser de gran ayuda”, explican.

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