¿Gastar sin necesidad? Qué motivos nos llevan a hacer compras compulsivas y cómo podemos evitarlo

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Mujer haciendo compras por internet.
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Rebajas de verano, rebajas de invierno, descuentos de ‘mid season’, Black Friday, Ciber Monday… Los consumidores están cada vez más expuestos a ofertas tentadoras a las que cuesta dar un 'no' por respuesta. Sin ir más lejos, la última encuesta realizada a pie de tienda por la Asociación Española de Consumidores (Asescon) señaló que cada español gasta una media de 135 euros en las rebajas de enero situándose en un 67% el porcentaje de personas que compran todo tipo de productos en estas fechas a pesar de haber salido de otra época (la navideña) eminentemente consumista.

Pero, ¿cuáles son las causas que nos llevan a este consumo incontrolado y por qué en muchas ocasiones nos dejamos llevar por las compras compulsivas y excesivas? Los expertos en psicología María Ibáñez Goicoechea y Jesús Jiménez Cascallana, directores del Centro de Psicología e Introspección en Madrid, explican las causas que nos llevan al consumo compulsivo y dan algunas claves para poder ponerle freno.

Los expertos advierten que en muchas ocasiones los excesos en el consumo tienen relación directa con las comparaciones que establecemos con los demás por lo que aconsejan evitar caer en ellas. “La comparación con los demás es un factor clave para que alguien gaste más de lo aconsejable según su economía. De la comparación surge el sentimiento de inferioridad, el malestar y la envidia, que suelen impeler a tratar de equilibrar esa sensación de que uno es menos que los demás si no tiene unas vacaciones exóticas, los mejores manjares en la mesa, o si no hace los mejores regalos de la familia”.

Asimismo, Goicoechea y Cascallana recomiendan no dejarse llevar por las apariencias porque “la situación de aparente abundancia, tan reconfortante y atractiva, da paso a una necesidad de restricciones posterior, para equilibrar los balances financieros personales, para bajar los kilos acumulados…”.

Para estos especialistas en salud mental la angustia cotidiana, provocada por el estrés en el trabajo, los problemas familiares, una enfermedad, un imprevisto financiero, o por los conflictos sociales, como el ambiente político, la inseguridad creciente en ámbitos sanitarios, económicos, e incluso la guerra y el cambio climático, son otros factores que empujan a los excesos. Sin embargo, ambos explican que la satisfacción o placer momentáneo que puede ofrecer el consumo compulsivo no va a acabar con el malestar.

“Parecen demasiados retos, y hay una creencia muy arraigada de que el placer acaba con el malestar, por lo que dejarse llevar por los excesos puede parecer una puerta de escape, un bálsamo para tanta zozobra, cuando en realidad es una anestesia temporal y cuando se pase su efecto nos va a devolver al malestar inicial con algunos extras añadidos, como la cuesta de febrero, el arrepentimiento, la culpa, el miedo al futuro...”, advierten estos expertos.

Para los psicólogos la solución a este consumo incontrolable pasa por indagar en la raíz del problema ya que, según explican, está bien ser conscientes de los perjuicios de dejarse llevar por los excesos y reflexionar sobre ello sin culparse pero si no se profundiza en las verdaderas causas psicológicas, es muy probable que se vuelva a recaer una y otra vez.

“Siguiendo los ejemplos que hemos puesto, hay que comprender que no hay nadie que sea inferior a los demás, ni por sus bienes, ni por sus habilidades o capacidades, ni por sus circunstancias. Como seres humanos todos somos igual de valiosos. Hay que aprender a resolver emocionalmente el sentimiento de inferioridad y el miedo al menosprecio, empezando por no menospreciarse a uno mismo”, aconsejan.

Asimismo, advierten que intentar calmar el malestar buscando el placer -ya sea con la comida, el consumo, el sexo o cualquier otra cosa-, produce adicción psicológica y, por extensión, sufrimiento. “En este sentido, no hay que confundir el placer con el bienestar, con la alegría ni con disfrutar de las cosas buenas de la vida, que no producen efectos secundarios”. 

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