¿Qué complicaciones puede causar la infección por listeria de los alimentos en el embarazo?

Antes de que estallase la pandemia de coronavirus, hubo otra alerta sanitaria de gran impacto en España (aunque, por obvias razones de extensión geográfica e impacto demográfico, se queda pequeña ante el SARS-CoV-2). Se trata del brote de listeriosis que se extendió tras la comercialización de algunos productos contaminados por parte de la empresa Magrudis.

En gran medida, el impacto mediático y la alta preocupación se debió no tanto a que la infección por listeria resulte a nivel general muy peligrosa (ya que, de hecho, suele cursar con síntomas leves o sin síntomas) sino porque puede resultar letal para ciertos grupos (como niños pequeños o personas inmunodeprimidas) y porque puede ser devastadora para las mujeres embarazadas.

Y es que, de hecho, la listeriosis puede ocasionar la pérdida del feto o incluso la muerte del bebé a los pocos días de nacer.

Por ello, es muy importante estar atentos a la aparición de síntomas en los primeros días de vida, ya que es posible que se haya producido una infección que haya sido asintomática en la madre. En los recién nacidos contagiados por esta bacteria, el cuadro puede incluir falta de apetito, irritabilidad, fiebre, vómitos y dificultad respiratoria. Si se observan estos signos, es imprescindible acudir a un médico para que diagnostique la causa y prescriba el tratamiento correcto.

De igual manera, es importante ir al facultativo si se ha consumido algún alimento perteneciente a un lote que haya sido sujeto a una alerta sanitaria por infección con listeria.

Además, como medida preventiva, es conveniente evitar durante la gestación el consumo de alimentos especialmente susceptibles de infectarse con esta bacteria, como son la leche no pasteurizada, algunas carnes procesadas o vegetales crudos sin lavar (que pueden haber sido abonados con estiércol contaminado).

Finalmente, hay que tener en cuenta que, aunque sea poco frecuente, la listeria en muy raras ocasiones también puede provocar complicaciones letales en adultos sanos, en la forma de infección sanguínea generalizada y meningitis.