¿Sabes cómo identificar a un amigo o una pareja demasiado absorbente?

Un amigo o pareja absorbente puede convertirse en una auténtica pesadilla.
Un amigo o pareja absorbente puede convertirse en una auténtica pesadilla.
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Un amigo o pareja absorbente puede convertirse en una auténtica pesadilla.

Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro pero cuando esa relación de amistad se desequilibra porque una de las partes es demasiado acaparadora, posesiva o absorbente puede acabar por convertirse en una auténtica pesadilla. Y lo mismo, por supuesto, puede aplicarse en el mundo de la pareja.

¿A qué se debe esta actitud tan egoísta que acaba por dejar sin espacio al otro para sus propios intereses y necesidades individuales? Los expertos en psicología achacan dicho comportamiento a una falta de autoestima del acaparador que acaba por fagocitar al amigo o a la pareja: haciendo suyas a las personas que les rodean suplen sus propias carencias.

¿Es posible identificarles? En general los amigos y parejas demasiado absorbentes se distingue fácilmente por una serie de rasgos comunes. Si se repiten uno o varios de los recogidos en la siguiente lista es posible que haya que  actuar cuanto antes para salir de una relación tóxica:

- Son seductores de primer orden. Adaptan su comportamiento, principios y valores a los de sus amigos o pareja con el fin de manipularles en pro de sus propios intereses.

- Promueven la dependencia emocional. Saben cómo analizar los miedos y fantasmas del otro para saber cómo manejarle a su antojo cuando sea necesario.

- Tienen algo de vampiros. No respetan la autonomía de los otros y además intentan que siempre se haga lo que ellos quieran. Llegan a agotar mentalmente, no solo por el tiempo que exigen sino por lo acaparadores que son.

- Expertos en dar la vuelta a la tortilla. Son capaces de presentarse como falsas víctimas cuando en realidad son verdugos. Logran que sea el otro el que se sienta mal aunque ellos tengan la culpa.

- Son capaces de humillar y ningunear de una manera sutil sin que el entorno común lo entienda como tal. Hábiles en el doble lenguaje, mezclan insultos y halagos en la misma conversación sin apenas inmutarse.

- Se aprovechan de la confianza inherente a la amistad o relación para dejar al otro sin aliento emocional.

- Recuerdan los errores el pasado y usan el chantaje como herramienta. Es típica de un acaparador la frase “recuerda cuando hice esto, pues ahora te toca a ti”. En el caso de que cedan generalmente lo hacen para sacar un beneficio mayor a posteriori.

- Les gusta sembrar la duda sobre las cualidades y las competencia de los demás para descalificarlos y eliminar su autoestima.

- Son pura dicotomía. Dicen ser altruistas y hacer todo en beneficio de su amigo o su pareja pero actúan solo en beneficio propio.

- Nunca asumen la responsabilidad de sus actos. Suelen huir de la confrontación directa cuando algo les molesta y o no les cuadra con sus intereses. Así como a retirar el apoyo según les convenga.

- Ante algo que no les gusta suele tener reacciones muy dramáticas y tienen tendencia a repetir las mismas estratagemas absorbentes.

- Son posesivos. Es habitual que sientan celos por el bienestar de la otra persona con los demás.

¿Hay algo que hacer?

La gran pregunta sería: ¿es posible que un amigo o una pareja absorbente deje de serlo? Resulta complicado darle respuesta porque todo depende de la voluntad que ponga por su parte. Sin embargo, los especialistas recomiendan sinceridad, mucha comunicación y asertividad con ellos. Expresar con firmeza que se necesita un espacio propio para disfrutar en soledad o en compañía de otras personas.

De la otra parte depende aceptar el cambio de hábitos y hacer el esfuerzo por ‘despegarse’. En el caso de que ‘el acaparador’ no respete esta necesidad de espacio, está claro que hay que dar el paso para soltar lastre y deshacerse de esa relación tóxica.

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