Tratamientos estéticos durante el embarazo: ¿cuáles están prohibidos y cuáles no?

  • La mayoría de los tratamientos estéticos, como el botox o los peelings, están desaconsejados durante el embarazo.
Embarazada realizándose un masaje
Embarazada realizándose un masaje
Yan Krukov / Pexels
Embarazada realizándose un masaje

El embarazo es la época de la vida de las mujeres en la que más cuidado tienen que tener para no estar en contacto con sustancias que puedan dañar al bebe. Por este motivo, tienen que cuidar especialmente lo que comen, las medicinas que toman -que deben estar siempre prescritas por un médico- e incluso los cosméticos que usan.

Por otro lado, hay mujeres a las que el embarazo les altera mucho la piel, que puede estar más seca, más grasa, con una mayor tendencia acneica e incluso con manchas, por lo que necesitarían de más cuidados estéticos. Sin embargo, aunque pocos y con mucha precaución, hay algunos tratamientos estéticos a las que las embarazadas sí pueden someterse. Veamos cuáles son y qué otros sí hay que descartar sin dudarlo.

Tratamientos prohibidos durante el embarazo

Hay tratamientos que, por su propia naturaleza potencialmente tóxica, deben ser evitados a toda costa durante el embarazo. Este es el caso, por ejemplo, de los tratamientos con botox, pues como afirma la doctora Gema Pérez Sevilla, cirujana maxilofacial y experta en medicina estética facial, “no se pueden realizar tratamientos con toxina botulínica porque puede provocar malformaciones en el feto y abortos”. También pueden ser dañinos cualquier tipo de tratamiento que, aunque aplicado sobre la piel, pueden pasar a la sangre de la madre y atravesar la placenta, como son los peelings químicos a base de ácido salicílico, glicólico, hidroquinona, retinoico y todos sus derivados, pues “pasar a la sangre de la madre y por lo tanto al feto, provocando malformaciones”, alerta.

Hay otros tratamientos que, a priori no tendrían por qué ser perjudiciales, pero que se desaconsejan simplemente porque no existen ensayos clínicos en embarazadas que pueden probar que no son perjudiciales, “el problema no es el tratamiento en sí, sino la falta de estudios que aseguren que no se puede provocar algún tipo de problema en el feto. Partimos de la base de que los tratamientos no son seguros y que no se deberían realizar hasta después del parto (o de la lactancia)”. Este es el caso, por ejemplo, de los tratamientos con láser -como la depilación- u otra aparatología como radiofrecuencia, ultrasonidos o similar, “no se ha demostrado que sea mala, pero tampoco se ha podido demostrar que no tengan efectos en el feto. Así que no se deben realizar tampoco”.

Un caso controvertido son los tratamientos con ácido hialurónico, pues se trata de una sustancia que tenemos en nuestro organismo de manera natural, por lo que, a priori, no debería ser peligroso. Sin embargo, sí podría ser perjudicial en algunos casos, como apunta Gema Pérez Sevilla, “se sabe que en su degradación se va a deshacer en CO2 y agua, y esto no debería ocasionar ningún problema, pero no se recomienda aplicar tratamientos con ácido hialurónico durante el embarazo porque a veces la propia molécula del ácido hialurónico está reticulada o manipulada con determinados agentes que no se sabe si pueden provocar daños al feto. La única molécula medio permitida, aunque no hay estudios, es el ácido hialurónico puro monomérico (se usa solo para hidratar) pero tiene un efecto muy corto en la piel, porque desaparece muy pronto y tampoco se está usando, ya que no compensa”.

Qué tratamientos sí se puede hacer durante el embarazo

Aunque muchos de los tratamientos más comunes estén desaconsejados durante el embarazo, hay otros que sí pueden realizarse con tranquilidad por no ser agresivos ni realizar con sustancias potencialmente tóxicas. Algunos de ellos son:

•Limpieza faciales. No es tan eficaz como un peeling, pero en caso de embarazas que, por ejemplo, tengan durante el embarazo una piel más grasa y/o con acné sí pueden mejorar la piel con limpiezas faciales, exfoliantes… Si es a base de productos naturales, mejor.

•Mascarillas faciales o corporales. Los tratamientos tópicos hidratantes, nutritivas, para mantener la elasticidad, descongestivos, calmantes… sí pueden realizarse, siempre y cuando los productos utilizados no contengan entre su formulación algunas de las sustancias antes mencionadas.

•Depilaciones con cera. Este tipo de depilación es completamente segura, aunque es cierto que debemos extremar las precauciones, pues aunque no es perjudicar para el feto, es probable que la piel durante el embarazo esté más reactiva, sensible y pueden aparecer irritaciones, ser más dolorosa, etc.

•Masajes. Los masajes no solo no están desaconsejados, sino que pueden ayudar mucho a las embarazadas a relajarse, a aliviar dolores musculares, a mejorar la circulación. Lo único que se debe evitar es utilizar para el masaje aceites esenciales, pues, aunque son naturales, pueden contener terpenos y provocar malformaciones en el feto.

•Drenaje linfático y presoterapia. Estos tratamientos, que a priori se relacionan con la belleza, la celulitis, la reducción de volumen… pueden ser grandes aliados de la mujer durante el embarazo, época en la que suelen hincharse mucho las piernas, especialmente en el tercer trimestre. Estos dos tratamientos ayudan tanto a eliminar líquido como a prevenir la celulitis y varices o arañas vasculares.

Antes cualquier duda, pregunta a tu médico y ponte en manos de centros de estética fiables y acreditados, que en ningún caso vayan a realizar tratamientos estéticos que se hayan demostrados completamente seguros. 

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