Estas son las ventajas de sentirnos vulnerables según los psicólogos

Aunque la palabra vulnerabilidad tiene una connotación negativa, lo cierto es que forma parte de todos nosotros. Cuando aparece, paradójicamente, nos avisa de que algo nos hace daño y pone en marcha mecanismos que nos harán más fuertes.
La vulnerabilidad está presente en todos los seres humanos.
La vulnerabilidad está presente en todos los seres humanos.
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La vulnerabilidad está presente en todos los seres humanos.

"Todos somos fuertes y vulnerables a la vez". Partiendo de esta premisa, y con la ayuda de tres profesionales de la salud, concretamente de la psicología en España, vamos a descubrir por qué sentirnos vulnerables no debe ser algo negativo, sino una manera muy eficaz de reconciliarnos con nosotros mismos. Incluso, y aunque suene contradictorio, la vulnerabilidad puede hacernos más fuertes.

Y es que, según Buenaventura del Charco Olea, psicólogo sanitario, escritor ('Hasta los cojones del pensamiento positivo', 'Te estás jodiendo la vida. Olvídate de tu mejor versión y sé tú mismo'), y divulgador de Marbella, "cuando negamos la vulnerabilidad estamos negando una parte de nosotros, reprimiendo algo que, por mucho que no nos guste, está ahí en todos los seres humanos".

Así pues, en vez de darle la espalda, vamos a aprender a reconocer la vulnerabilidad, a aceptarla, y a sacar todas las ventajas que tiene (porque las tiene). Además de Ventura, hemos entrevistado a Fernando Lobato, psicólogo sanitario de la plataforma accesible para todos Estar Contigo Terapia; y a Lara Ferreiro, autora del superventas 'Adicta a un gilipollas' y psicóloga de Ashley Madison.

Aprendiendo de nuestra vulnerabilidad

"La vulnerabilidad nos ayuda a entender cuáles son nuestros límites, a no sobrecargarnos, a conocer nuestras necesidades para que podamos responsabilizarnos de ellas… También nos empuja al autocuidado, a saber parar cuando es necesario, y nos da permiso para decir que 'no', para descansar o ser asertivos", comienza explicando Lobato.

No eres una máquina, así que si tu cuerpo te pide descansar, no lo dudes. De hecho, el descanso forma parte del propio entrenamiento.
Aceptar nuestra vulnerabilidad nos ayuda a establecer límites y a parar cuando lo necesitamos.
Pixabay/Hans

Otra de las posibilidades que nos brinda la vulnerabilidad es que "nos facilita la autocompasión, proceso consistente en aprender a mirarnos y tratarnos de una forma más amable y cálida, más benevolente con nuestros fallos y errores, menos autoexigente. Se trata del mejor remedio contra la autocrítica (esa voz interna que nos machaca) y el sentimiento de culpa y vergüenza. La autocompasión consiste en mirar nuestro propio dolor y que nos conmueva, que podamos empatizar con nosotros mismos".

¿Ser vulnerable es lo mismo que ser débil? El papel de la RRSS

En general cuando hablamos de vulnerabilidad sólo pensamos en algo negativo, solemos relacionarlo con la debilidad y la fragilidad. Sentirnos expuestos frente al mundo nos provoca inseguridad y miedo. Muchas veces no queremos mostrar al mundo que somos vulnerables porque pensamos que nuestra imagen va a salir perjudicada.

Una mujer escribe mensajes en su teléfono móvil por la calle.
En las redes sociales estamos permanentemente comparándonos con esas vidas que parecen perfectas.
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Como nos cuenta Lara Ferreiro, "Hoy en día nos importa mucho ser aceptados. Lo vemos en las redes sociales, que crean en nosotros la búsqueda continúa de la perfección y de comparación con los demás. Vivimos en una sociedad competitiva donde crece cada vez más el miedo a no estar a la altura".

Los filtros, los likes y la 'perfección' de las redes forman parte de nuestro día a día. Queremos que todos vean que nuestra vida es un éxito, que tenemos una casa maravillosa, unos amigos estupendos, que tenemos un trabajo fantástico… Nos esforzamos por mostrar lo mejor de nosotros mismos, nuestro lado más fuerte y más exitoso".

Atelofobia: el miedo irracional a mostrarse 'imperfecto'

En los casos más extremos del temor a la vulnerabilidad aparece la atelofobia, el miedo irracional a ser imperfecto, una búsqueda insaciable de la perfección y de autoexigencia. "Esta fobia al fracaso afecta sobre todo a mujeres, aunque muchas personas pueden sufrirlo sin darse cuenta. Lo vemos en los estándares de belleza, en la presión para ser madres, o por tener una carrera profesional perfecta".

Una mala salud periodontal puede desembocar en depresión
El miedo al fracaso afecta especialmente a las mujeres
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Las personas que padecen atelofobia suelen compararse todo el tiempo con los demás, y muchas veces pierden oportunidades porque tienen miedo de decepcionar al resto. Suelen ser muy perfeccionistas, tienen baja autoestima y son muy críticas consigo mismas.

"Podría decirse que a día de hoy buscamos situarnos lo más lejos posible de la vulnerabilidad. Que la gente nos vea vulnerables nos da miedo, hace que nos sintamos insuficientes e indecisos", dice Ferreiro.

Llorar, el mejor ansiolítico

Como explica Buenaventura del Charco, "el primer problema de negar la vulnerabilidad es que estamos negando una parte de nosotros, reprimiendo algo que, por mucho que no nos guste, está ahí. Esto nos lleva a reprimir emociones de tristeza, ansiedad, vergüenza… Y esa evitación emocional es la causa de muchos problemas psicológicos como los trastornos depresivos o de ansiedad o los cuadros obsesivos. Emociones como la tristeza son un buen regulador emocional y un profundo ansiolítico, nada es más liberador que permitirse llorar".

Mujer triste.
Llorar libera de la presión que nos 'obliga' a ser perfectos.
PIXABAY

Por otro lado, la vulnerabilidad nos indica que algo nos está haciendo daño. Ese dolor activa una respuesta de cambio y adaptación, lo que popularmente llamamos fuerzas de flaqueza o instinto de supervivencia. Sólo cuando nos sentimos heridos y vulnerables somos capaces de movilizar toda esa fuerza que nos permite enfrentar la adversidad, por lo que la vulerabilidad, paradójicamente nos hace más fuertes y adaptativos".

Finalmente, la vulnerabilidad puede ser una forma de reconciliarnos con nosotros mismos, de aprender a entender que somos falibles. "Sólo de esta manera podremos bajar el ritmo, tratarnos con menor dureza y juzgarnos de una forma más amable. Permitirnos ser 'débiles' es un gran acto de confianza con nosotros mismos, lo que fortalece la seguridad en uno y la autoestima", concluye Del Charco.

La trampa de dar nuestra 'mejor versión'

Desde que somos pequeños nos enseñan a ocultar nuestras emociones, a no mostrar las inseguridades y a ofrecer nuestra 'mejor versión', que está muy de moda ahora. Esa mejor versión, a menudo, se identifica con mostrarnos fuertes y seguros.

En los adolescentes, la corteza prefrontal, responsable de tomar decisiones razonables, está menos desarrollada que el sistema de recompensa de dopamina, razón por la que es un grupo de edad tan vulnerable a las adicciones, la impulsividad y la manipulación.
En gran parte por culpa de las redes sociales, todos tenemos que dar 'nuestra mejor versión', y eso es muy peligroso.
Freepik

¿Cuántas veces hemos oído 'que no te vean llorar', 'sé fuerte'? "Estas enseñanzas pueden ser peligrosas y afectan a la infancia, pero también tienen un impacto en la vida adulta. De este modo, cuando un niño escucha desde pequeño que está mal que le vean llorar, intenta reprimir esta emoción, y a largo plazo es probable que haya aprendido a reprimirla del todo". 

Como continúa diciendo Lara Ferreiro, "todo esto no hace otra cosa que confirmar que el imaginario colectivo percibe la vulnerabilidad como sinónimo de debilidad. Sin embargo, lejos de lo que estamos acostumbrados a escuchar, la vulnerabilidad puede ser una señal de fortaleza".  

Por todo ello, afirman los tres expertos consultados que la vulnerabilidad tiene beneficios. "Ser vulnerable, entendiéndose como tener sensibilidad a tu entorno y estar en contacto con tus emociones reales es una gran ventaja, porque te hará llegar más lejos en la vida".

La vulnerabilidad nos hace más fuertes

La primera y gran ventaja de mostrar nuestra vulnerabilidad es que, en realidad, nos hace más fuertes. Según explica Lara, "cuando conocemos nuestras debilidades y reconocemos cuáles son los momentos en los que nos sentimos así aumenta nuestro aprendizaje sobre nosotros mismos. ¿Qué hay más importante que conocerse a uno mismo? Es primordial conocer nuestras fortalezas, al igual que es necesario comprender nuestros puntos débiles".

Mostrarnos tal como somos, sin miedo a parecer vulnerables, nos hace ganar en autoconfianza.
Mostrarnos tal como somos, sin miedo a parecer vulnerables, nos hace ganar en autoconfianza.
iStockphoto

Otros beneficios podrían ser "la aceptación al cambio; una mayor seguridad, porque ser vulnerables nos aleja del miedo a equivocarnos; aumenta la autoestima porque al reconocer que somos vulnerables nos hace tener una actitud positiva; y nos ayuda a expresar nuestras emociones. Si somos vulnerables, dejamos de lado lo superficial y fomentamos la comunicación abierta de nuestros verdaderos sentimientos".

Además, añade la psicóloga, "admitir que nos hemos equivocado o compartir nuestras inseguridades con el otro nos ayuda a resolver mejor los desacuerdos, a poder crear un diálogo y espacio más seguro y comprensivo".

Las personas en el espectro del autismo sí sienten empatía, incluso algunas con mayor intensidad. Es posible que no siempre tengan las herramientas para entender cómo se espera que actúen cuando sienten empatía.
Mostrándonos como somos generamos más empatía.
Kateryna Hliznitsova - UNSPLASH

Por si fueran pocas razones, "ser nosotros mismos de acuerdo con nuestros valores y creencias, y no temer mostrarle al mundo quiénes somos nos hace auténticos, al tiempo que creamos vínculos más profundos y mejoramos la empatía. Un ejemplo: si yo muestro a mis amistades mis inseguridades, animo a los demás a compartir las suyas, y se crea un vínculo más satisfactorio".

Lara Ferreiro, como consejo profesional, quiere finalizar nuestra entrevista con una frase rotunda y cargada de significado: "La vulnerabilidad es un símbolo de valentía ¡No tengas miedo de mostrarte vulnerable!".

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