Cómo reconocer la siringomielia, la anomalía en la médula espinal que puede causar parálisis

Por la propia naturaleza y función del sistema nervioso, todos los problemas que le afectan pueden causar una sintomatología variada, compleja y grave. Por ello, es muy importante ser capaz de identificar distintos tipos de síntomas neurológicos que puedan requerir atención médica urgente.

¿Qué es la siringomielia?

La siringomielia es una patología que afecta al sistema nervioso y que consiste en la aparición de un quiste lleno de líquido (siringe) en la médula espinal. Puede variar ampliamente en gravedad, desde no producir ningún síntoma hasta originar complicaciones muy graves.

Puede tener diversas etiologías distintas. Comúnmente, es el resultado de la malformación de Chiari, por la que el tejido cerebral ingresa dentro del canal medular; en otros casos, puede estar provocada por una meningitis, un tumor de la médula espinal, algunas afecciones congénitas (médula espinal anclada) y lesiones traumáticas de la médula espinal.

¿Cuáles son sus síntomas?

Normalmente, los síntomas de la siringomielia se presentan lentamente, a lo largo de bastante tiempo. Cuando se debe a afecciones congénitas, como la malformación de Chiari, el cuadro suele ir apareciendo entre los 25 y los 40 años de edad. Además, hay que destacar que en ocasiones la tos o el esfuerzo pueden desencadenar la sintomatología, aunque en ningún caso la enfermedad.

El cuadro de la siringomielia incluye signos tales como debilidad y desgaste muscular, pérdida de reflejos, pérdida de sensibilidad al dolor y a la temperatura, dolores de cabeza, rigidez en el cuello, hombros, brazos y piernas; dolor en el cuello, brazos y espalda; escoliosis...

Si la condición continúa avanzando, puede terminar por provocar complicaciones muy graves como dolor crónico por un daño en la médula espinal, dificultades motrices, como debilidad o rigidez en la musculatura de las piernas o, finalmente, parálisis.

¿Cómo se trata?

La estrategia a emprender va a depender de la gravedad de los signos y síntomas. En muchos casos, si no hay síntomas, puede ser suficiente con establecer un cierto control a base de resonancias periódicas y exámenes neurológicos.

Si, por el contrario, la siringomielia comienza a producir manifestaciones, la única línea de tratamiento disponible es la cirugía, con diferentes procedimientos en función de las causas de la enfermedad.

Así, las malformaciones de Chiari se pueden atajar mediante una cirugía de remoción de parte del hueso craneal, lo que restablece el flujo normal de líquido cefalorraquídeo; en otras ocasiones, la intervención puede tener como principal objetivo el drenaje de la siringe, la extracción de algún elemento que obstruya el flujo normal de líquido cefalorraquídeo o el desanclaje de la médula espinal.