Estos son los efectos del calor en la efectividad de algunos medicamentos

Cerca de 8000 referencias de medicamentos a la venta en farmacias requieren de precauciones especiales de conservación con los rigores del verano. Los expertos nos explican cuáles son y cómo protegerlos para que no pierdan sus propiedades curativas.
Mucho medicamentos pueden estropearse por los efectos del calor en verano.
Muchos medicamentos pueden estropearse por los efectos del calor en verano.
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Mucho medicamentos pueden estropearse por los efectos del calor en verano.

Aunque el verano en España ha tardado en dar sus máximas, lo cierto es que nos encontramos es su punto álgido de calor, y esta circunstancia afecta mucho a la conservación de los medicamentos. Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) advierten de la importancia de cumplir con una serie de recomendaciones de uso y conservación de los medicamentos.

De hecho, hasta un total de 7.500 presentaciones comercializadas y dispensables en farmacia precisan del mantenimiento en frío, en la nevera, como pueden ser las vacunas y los medicamentos para el tratamiento de la diabetes, sin ir más lejos. A continuación, vamos a ver de qué manera afecta el calor a las medicinas que tenemos en casa, cuáles pueden incluso agravar los efectos de la ola de calor y esos especiales que necesitan nevera en todos los casos.

Antes de nada, leamos el prospecto

Efectivamente, todos los expertos coinciden en indicar que el calor tiene consecuencias en la efectividad de los medicamentos que compramos en la farmacia.

Instrucciones para tomar ibuprofeno.
Lo primero e imprescindible es leer el prospecto del medicamento en cuestión.
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Es por ello, que desde el Consejo General recuerdan algo importante: Las recomendaciones de uso y conservación de los medicamentos y vacunas están recogidas en su prospecto, por lo que antes de nada es imprescindible que nos tomemos un tiempo en leerlos.

A partir de ahí, y ante cualquier duda que surja respecto a esta circunstancia, es fundamental que preguntemos a nuestro farmacéutico, sobre todo en lo que se refiere a los productos que necesitan una conservación especial. En la mayoría de los casos, estos medicamentos 'especiales' van a requerir una conservación en frío de nevera, pero hay otros que deben conservarse por debajo de los 20 grados.

Así afecta el calor a los medicamentos

Por lo que se refiere a los formatos en crema, pomadas, geles, supositorios u óvulos, se trata por regla general de productos farmacéuticos que deben conservarse a una temperatura por debajo de los 25 o 30 grados. Si rebasamos de manera puntual esa temperatura, lo más probable es que no suceda nada que pueda tener consecuencias sobre su estabilidad.

Las etiquetas de los cométicos dan información, pero no toda.
Si apreciamos cambios de textura en las cremas, mejor no usarlas.
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Sin embargo, debemos supervisar las condiciones de conservación de este grupo de fármacos puesto que todos ellos tienen un límite superior de tolerancia.

Sin ir más lejos, en cremas o pomadas se puede producir una separación de las fases, en las que el medicamento va a dejar de mostrar un aspecto uniforme y homogéneo. Debemos evitar hacer uso de ellos en el momento en el que se observa claramente disociada su parte acuosa de la semisólida, como puede ser el caso de los supositorios que se reblandecen o de los óvulos.

Por otra parte, desde el Consejo de Farmacéuticos aclaran que los estudios de los medicamentos que no comportan ninguna mención especial de conservación demuestran que no se degradan cuando son expuestos a temperaturas de 40 grados durante seis meses. En cualquier caso, el resto de medicamentos no deben estar expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol.

¿Hasta qué punto es necesario conservarlos en la nevera?

En España hay comercializadas más de 1.000 presentaciones de medicamentos que deben conservarse en la nevera por prescripción facultativa, a una temperatura que suele rondar entre los 2 y los 8 grados. De ellas, alrededor de 400 son dispensables en las Farmacias Comunitarias y el resto son de uso hospitalario.

Ozempic es un fármaco para tratar la diabetes tipo 2, eficaz en la pérdida de peso.
Los bolígrafos de insulina son algunos de los medicamentos que deben mantenerse refrigerados.
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En estos casos, el Consejo General recomienda utilizar una nevera portátil para transportarlos hasta casa y conservarlos a temperatura indicada, utilizándolos tan pronto como se hayan sacado del frigorífico, especialmente en estas fechas en las que más viajamos. Además de unas neveras portátiles pequeñas para llevar en los desplazamientos sin que sufran ninguna merma, se venden unos acumuladores de frío que metemos en el congelador, y que ayudarán aún más a que esos fármacos se mantengan frescos.

Las vacunas necesitan estar refrigeradas siempre. Lo mismo sucede con las insulinas, tanto basal como rápida que se comercializan para el uso en domicilio. Si transportamos los bolígrafos de insulina en estas neveras, con el hielo especial, no tendremos ningún problema, ni se eliminará su efectividad. El calor, sin embargo, podría dar al traste con su composición.

Medicamentos que empeoran los efectos de las altas temperaturas

Una cosa es que el calor estropee un medicamento que necesita unas condiciones de conservación concretas, y otra que existan fármacos que, por sí mismos, pueden agravar los efectos de una ola de calor en el organismo.

Algunos medicamentos, por su composición, agravan los problemas provocados por el calor.
Algunos medicamentos, por su composición, agravan los problemas provocados por el calor.
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Se trata de productos que favorecen la deshidratación o la pérdida de electrolitos, como pueden ser los diuréticos. Otros afectan a la funcionalidad del riñón, que es el caso de los antiinflamatorios. También existen medicamentos que interfieren con los mecanismos de pérdida de calor de nuestro cuerpo. Por ejemplo, los antihistamínicos o fármacos para el Parkinson. 

Finalmente hay fármacos que pueden aumentar de forma directa la temperatura corporal, como los antipsicóticos para esquizofrenia, ciertos antidepresivos o fármacos antitusivos como dextrometorfano, o analgésicos como tramadol.

Si tenemos prescrito alguno de estos medicamentos durante el verano, es importante seguir la siguientes recomendaciones. Beber alrededor de 2 litros de agua y otros líquidos y aumentar el consumo de alimentos como frutas y verduras. Evitar exponerse directamente al sol durante las horas centrales del día, y usar ropa fresca, de tejidos naturales, que permita la sudoración.

Por supuesto, los expertos aconsejan evitar tomar medicamentos que no hayan sido recomendados por un médico o farmacéutico. En caso de duda, se debe preguntar al farmacéutico sobre los medicamentos que conforman nuestro tratamiento farmacoterapéutico para saber si pueden tener efectos sobre episodios de calor extremo.

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