El ictus en niños y adolescentes es un cuadro neurológico, de inicio brusco, de origen vascular por isquemia o hemorragia, que produce un daño cerebral con síntomas que dependen de la zona afectada. El diagnóstico y el tratamiento precoz son fundamentales para mejorar el pronóstico y disminuir las secuelas. Si bien la incidencia es mucho menor que en la población adulta, la mortalidad y el grado de secuelas a largo plazo son muy relevantes, especialmente considerando que afecta a un sector de la población con alta esperanza de vida, según informan desde el Departamento de Salud de la Comunidad de Madrid.
¿Qué es un ictus en niños?
El ictus pediátrico es una emergencia médica que se caracteriza por la aparición repentina de síntomas neurológicos debido a una alteración en el flujo sanguíneo cerebral. Este evento puede ser causado por una isquemia, donde hay una obstrucción del flujo sanguíneo, o por una hemorragia, donde ocurre una ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro. Ambos casos resultan en un daño cerebral cuyas manifestaciones dependen de la región afectada del cerebro.
La neuróloga pediátrica Verónica González Álvarez, del Hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, recalca que es “muy importante que las familias consulten al médico en cuanto observen que su niño presenta una parálisis o alteración del movimiento, la visión o el habla, porque estos síntomas pueden deberse a otras enfermedades más banales, pero también pueden ser indicadores de un ictus. Y actuar lo antes posible es clave”.
Síntomas principales de un ictus pediátrico
Los ictus en niños suelen manifestarse de manera abrupta con la aparición de al menos uno de los siguientes síntomas o signos:
Cefalea intensa: Dolor de cabeza súbito y severo que puede ser indicativo de hemorragia cerebral.
Déficit motor o sensorial unilateral: Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo, así como la pérdida de sensibilidad en una parte del cuerpo.
Alteración de la marcha o inestabilidad: Problemas para caminar o mantener el equilibrio, que pueden reflejar daño en áreas del cerebro que controlan la coordinación motora.
Alteración del nivel de consciencia: Pérdida de la consciencia, confusión o dificultad para mantenerse alerta.
Alteración del lenguaje: Dificultades para comprender o expresar el lenguaje hablado o escrito.
Alteración visual: Pérdida de visión parcial o completa en uno o ambos ojos.
Es crucial reconocer estos síntomas temprano para activar el Código Ictus Pediátrico y asegurar un tratamiento rápido.
Diagnóstico del ictus en niños
El diagnóstico de un ictus en niños se confirma mediante pruebas de imagen, como una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN). Estas pruebas son esenciales para determinar la naturaleza y la ubicación del ictus. Debido a la importancia del tiempo en el pronóstico y la prevención de secuelas, es crucial trasladar al niño rápidamente a un hospital de referencia en presencia de signos o síntomas de ictus, activando el Código Ictus Pediátrico (en la mayoría de CCAA).
Tratamiento del ictus en niños
El tratamiento del ictus isquémico en niños se centra en minimizar el daño secundario y mantener la perfusión vascular adecuada. Esto generalmente implica el ingreso en una unidad de cuidados intensivos tras la confirmación del diagnóstico. La intervención precoz es vital para mejorar las probabilidades de recuperación y reducir las secuelas a largo plazo.
Activación del Código Ictus Pediátrico
Para activar el Código Ictus Pediátrico, el paciente debe ser menor de 16 años y presentar síntomas de inicio brusco compatibles con ictus, incluyendo:
Cefalea intensa.
Déficit motor o sensorial unilateral.
Alteración de la marcha o inestabilidad.
Alteración del nivel de conciencia.
Alteración del lenguaje comprensivo o expresivo.
Alteración visual de uno o ambos ojos.
Primera crisis focal afebril en un niño previamente sano con déficit posterior persistente.
Además, los síntomas deben haber comenzado menos de 24 horas antes de la consulta médica. Es esencial que el estado basal del paciente antes del ictus sea de ausencia de déficit neurológico previo que condicione dependencia para las actividades esperables a su edad.
Reconocer y tratar un ictus en niños de manera rápida y efectiva es fundamental para mejorar los resultados y minimizar las secuelas a largo plazo.
Referencias
Departamento de Salud de la Comunidad de Madrid. https://www.comunidad.madrid/servicios/salud/ictus-pediatrico
Omoye E. Imoisili, Alina Chung, Xin Tong, Donald K. Hayes, Fleetwood Loustalot. Prevalence of Stroke — Behavioral Risk Factor Surveillance System, United States, 2011–2022. CDC (2024). Consultado online en https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/73/wr/mm7320a1.htm?s_cid=mm7320a1_w el 14 de junio de 2024.
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