La salud es uno de los pilares fundamentales, por eso cuando falla, acudir a los especialistas se convierte en una prioridad. La atención médica estándar a menudo se complementa con terapias alternativas, pero esto en ocasiones abre la puerta a otro tipo de prácticas que no están tan probadas y que no tienen evidencia científica. Los ministerios de Sanidad y Ciencia de España se han preocupado de destacar qué terapias o pseudoterapias son estas, algo de lo que también la OCU ha querido dar buena cuenta, para evitar engaños.
Hace unos años el Ministerio de Sanidad publicó su Plan para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias que buscaba evidencia científica en 139 prácticas terapéuticas, una larga lista entre la que se encontraba la gemoterapia, una práctica que, como el resto de las de la lista, se emplea con pretendida finalidad sanitaria, pero sin evidencia científica que demuestre su eficacia. ¿En qué consiste exactamente la gemoterapia?
Gemoterapia, ¿terapia alternativa o pseudoterapia?
La gemoterapia es la disciplina que estudia las propiedades de las piedras preciosas, gemas o cuarzos, y cómo influyen en nuestras vidas. A través de las propiedades de piedras o cristales se busca favorecer el bienestar y relajar cuerpo y mente, por la capacidad que tienen de recibir, transmitir, transformar y renovar la energía. Cada una de ellas tiene unas propiedades diferentes y a través de ellas se intenta aportar equilibrio físico y mental.
El poder de estas piedras se emplea para activar la circulación de la energía entre cuerpo y mente y quienes creen en su poder curativo las emplean para aliviar tanto dolores físicos, como molestias musculares, como cuestiones relacionadas con el estrés y la ansiedad, así como el insomnio, la angustia o la depresión. Más allá de la ornamentación, la gemoterapia usa las piedras de diferentes formas, como ayuda para meditar, por ejemplo, sujetándola en la mano, para dar masajes o como elixir, tomándolo vía oral.
Existe una gran variedad de piedras preciosas que pueden emplearse y se escoge la adecuada a cada problema en función de sus propiedades. El cuarzo claro se utiliza para promover la purificación y alejar los pensamientos negativos, la aguamarina calma los nervios, la esmeralda se emplea para tratar problemas de memoria e insomnio, el topacio para retrasar el envejecimiento de la piel o rubí contra la anemia.
A pesar de todos los estudios relacionados con las propiedades y beneficios de las piedras preciosas, no hay estudios científicos que avalen estas premisas, por lo que, si bien pueden emplearse (la mente es poderosa), nunca deberían ser utilizados para sustituir tratamientos médicos de los que sí hay constancia de que funcionan.
Medicina complementaria
No conviene confundir estas pseudoterapias con las medicinas complementarias, que se usa junto con el tratamiento estándar, como puede suceder, por ejemplo, con la acupuntura que habitualmente no se emplea para curar una dolencia, sino para paliar los síntomas de esta junto con los sistemas habituales. En esta categoría podemos encontrar otros sistemas, como la meditación, la hipnosis o el yoga, empleado para equilibrar el cuerpo y la mente.
En este tipo de prácticas se emplean productos naturales, como suplementos alimenticios o plantas concretas, también manipulación corporal, como masajes, reflexología o quiropráctica. En cualquier caso, siempre conviene poner en conocimiento de nuestro doctor este tipo de medicina complementaria, para que lo tenga en cuenta, por ejemplo, por si las plantas que tomamos interfieren con la medicación necesaria.
Referencias
Medicina complementaria y alternativa (MCA). (s. f.). Instituto Nacional del Cáncer. https://www.cancer.gov/espanol/cancer/tratamiento/mca
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