Estar alerta a los posibles problemas de salud relacionados con el calor, que pueden afectar a cualquier persona en España o cualquier parte del mundo, es crucial, pero especialmente a los grupos de riesgo como ancianos, niños, embarazadas y personas que ya padecen algún tipo de enfermedad.
Para prevenir estos trastornos, es fundamental seguir una serie de recomendaciones, como mantenerse hidratado, evitar la exposición directa al sol durante las horas centrales del día y vestir ropa ligera y holgada. Sin embargo, a pesar de estas precauciones, pueden surgir diversos problemas de salud asociados al calor, desde los más leves como calambres hasta los más graves como el temido golpe de calor.
Calambres por calor
Los calambres son uno de los problemas más frecuentes durante las olas de calor. Se trata de espasmos musculares involuntarios y dolorosos, que suelen aparecer tras realizar ejercicio en ambientes calurosos, especialmente en piernas, brazos, abdomen y espalda. Aunque no revisten tanta gravedad como otros trastornos, es importante identificarlos y tratarlos rápidamente para evitar complicaciones.
Lo mejor si se sufren calambres es descansar, beber abundante líquido, realizar estiramientos suaves y evitar el ejercicio durante varias horas hasta que desaparezcan por completo, según la revista médica Mayo Clinic.
Agotamiento por calor
El agotamiento por calor se produce por una exposición prolongada a altas temperaturas, que provoca una sudoración excesiva y prolongada, como indican desde el portal de Salud de la Comunidad de Madrid. Sus síntomas incluyen sed intensa, pérdida de agua y sales, debilidad, desvanecimiento, dolor de cabeza, alteraciones de la vista, náuseas, vómitos, diarrea, palpitaciones y calambres musculares.
Ante estos signos, es crucial interrumpir inmediatamente la exposición al calor, buscar un lugar fresco para reposar y rehidratarse con líquidos que contengan sales, como suero oral o limonada alcalina.
Golpe de calor o insolación
El golpe de calor, también conocido como insolación, es la afección más grave provocada por el calor. Se trata de una emergencia médica que requiere atención hospitalaria urgente, ya que la temperatura corporal puede alcanzar rápidamente los 40,6 ºC y provocar síntomas severos como confusión, desorientación, convulsiones e incluso pérdida de conciencia.
Otros signos de alarma son piel caliente, seca y enrojecida, pulso acelerado, dolor de cabeza intenso, mareos, náuseas y vómitos. Si sospechas que alguien sufre un golpe de calor, llama inmediatamente a los servicios de emergencia.
Síncope por calor
El síncope por calor se produce cuando una persona permanece de pie durante mucho tiempo, expuesta al sol y al calor intenso. En estas condiciones, la sangre tiene dificultades para llegar al cerebro, lo que puede provocar mareos o desmayos, especialmente en personas con tensión arterial baja. Si alguien sufre un síncope por calor, colócalo tumbado boca arriba en un lugar fresco, eleva sus piernas y desabrochándole las prendas ajustadas para facilitar la respiración. Ofrécele líquidos para beber en cuanto se recupere.
Quemaduras solares
Las quemaduras por el sol son otro de los grandes problemas del verano. Para prevenirlas, es fundamental proteger la piel con cremas con factor de protección solar, especialmente durante las horas centrales del día y en caso de altas temperaturas. Si ya se han producido quemaduras, aplica agua fría, cremas hidratantes y, si hay dolor o molestias, toma analgésicos. En caso de quemaduras graves con ampollas, evita reventarlas y acude a un centro médico.
En definitiva, ante estas situaciones provocadas por las altas temperaturas, es vital conocer los síntomas y diferencias entre los diversos problemas de salud. Mantente alerta, sigue las recomendaciones de prevención y, ante cualquier signo de alarma, no dudes en buscar atención médica.
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