Esta es la edad recomendable para hacerse una mamografía

Las mamografías ayudan en la detección temprana del cáncer de mama.
A qué edad es recomendable comenzar a hacerse mamografías.
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Las mamografías ayudan en la detección temprana del cáncer de mama.

La salud es uno de los grandes tesoros que tenemos las personas y a menudo no nos damos cuenta hasta que falta. Prestar atención a los pequeños detalles, confiar en nuestros instintos y acudir a los expertos cuando sentimos que las cosas no marchan bien puede ayudarnos a prevenir problemas mayores. También seguir las recomendaciones de las autoridades.

Muchas son las oportunidades en las que un problema se detecta a tiempo y se le puede poner solución gracias a las pautas y prescripciones que recibimos. Pruebas como las mamografías pueden ser esenciales a la hora de conseguir un diagnóstico precoz, lo que puede llegar a salvar la vida de muchas personas.

¿Qué es una mamografía?

La mamografía es una radiografía especial, que se realiza a la mama y que emite una radiación muy baja. Es capaz de detectar lesiones sospechosas de cáncer, incluso en tamaños muy reducidos. Pueden ser de dos tipos:

Archivo - Arxiu - Imatge de recurs d'una mamografia.
Las mamografías ayudan a la detección del cáncer de manera precoz.
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  • Mamografía de detección. Estas son las que se realizan en mujeres que no presentan signos o síntomas de enfermedad. Si se realizan de forma periódica, pueden ayudar a detectar enfermedades como en cáncer de mama en estadios muy tempranos, haciendo que el tratamiento pueda comenzar cuanto antes.
  • Mamografía de diagnóstico. Estas son las que se hacen cuando existe alguna sospecha, como un bulto u otros síntomas, tales como dolor en los senos, secreción en el pezón, cambios en la forma y tamaño de las mamas… Estos síntomas pueden estar provocados por afecciones benignas, por lo que, junto con otras pruebas, una mamografía puede favorecer el diagnóstico.

La edad recomendable para una mamografía

Esta tiene que estar prescrita por un profesional de la medicina, pero en general suele hacerse ante cualquier riesgo que exista de enfermedad. En los casos en los que no existe sintomatología, es habitual esperar hasta los 40 años para comenzar a hacerlas de manera rutinaria.

Junto con las revisiones ginecológicas, desde los 40 años hasta los 50, se recomienda que se haga cada año o cada dos. Desde los 50 hasta los 65 años, salvo casos concretos, estas pasan a ser bianuales, es decir, una vez cada dos años. A partir de una determinada edad, las células crecen más despacio, lo que persiste espaciar las pruebas preventivas.

Esta pauta es diferente entre la población de riesgo, que comprende a aquellas mujeres con antecedentes propios de cáncer de mama o de algún familiar cercano, también si existen antecedentes en la familia de cáncer de ovario.

Así, parece que lo más sensato es aprender a escuchar nuestro cuerpo y estar pendientes de los cambios que podrían avisarnos si las cosas no van bien, hacerse revisiones periódicas y, a partir de los 40 años, no dejar pasar la oportunidad de que nos confirmen que todo va bien. 

Referencias

National Library of Medicine. (s. f.). Mamografía. https://medlineplus.gov/spanish/mammography.html

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