Reducir el consumo de alcohol protege la salud de tu cerebro

Cada vez son más los estudios que han ligado el consumo crónico de bebidas alcohólicas con reducciones en el volumen del cerebro. Afortunadamente, abandonar el hábito ejerce un efecto protector.

Personas brindando con bebidas de alcohol
Personas brindando con bebidas de alcohol
iStockphoto
Personas brindando con bebidas de alcohol

El consumo de alcohol es una costumbre muy extendida en países occidentales como España, a pesar de que la ciencia lleva ya muchas décadas documentando los efectos negativos que puede tener para nuestra salud. 

Particularmente, el uso de bebidas alcohólicas resulta muy dañino para nuestro sistema nervioso. De hecho, un reciente estudio ha encontrado una relación directa entre la cantidad de alcohol consumida y una reducción del volumen en ciertas áreas del cerebro; afortunadamente, esa misma investigación concluye que reducir el consumo, ya sea total o parcialmente, se traduce en mejoras en la salud cerebral.

Mejoras en el volumen cerebral

Así lo explica el artículo publicado a propósito de esta investigación en el medio científico Alcohol: Clinical and Experimental Research, en el que detalla que los resultados provienen del análisis de los cerebros de 68 participantes adultos de entre 28 y 70 años de edad, en todos los casos diagnosticados con trastorno por uso de alcohol.

Los autores esperaban observar una relación entre la cantidad de alcohol consumida y las reducciones en el volumen cerebral, pero aún así se llevaron algunas sorpresas destacables. 

Por una parte, destacan lo similar que resultaba el volumen cerebral de las personas que habían regresado a cantidades de alcohol de bajo riesgo respecto al de personas que habían cesado el consumo hasta la completa abstinencia (si bien, subrayan, aún había dos regiones en las que ambos grupos mostraban diferencias).

El consumo ideal es cero

La situación ideal, inciden estos investigadores, es aquella en la que el paciente logra la abstinencia completa.  No obstante, y teniendo en cuenta la tendencia de algunos pacientes a la recaída, subrayan que los profesionales sanitarios deben orientar sus intervenciones a cualquier reducción que sea posible, teniendo el consumo cero como meta.

Por otro lado, cabe apuntar que las recomendaciones respecto a las cantidades excesivas de alcohol varían en función de las autoridades sanitarias de cada país, si bien normalmente se sitúan en torno a una bebida diaria. En cualquier caso, no se debe olvidar que la problemática difiere entre pacientes, con lo que es más útil atender a los patrones, motivaciones y consecuencias del consumo de alcohol.

Sea como sea, los perjuicios del consumo de alcohol en el organismo están de sobra documentados científicamente. En primer lugar, uno de sus efectos más inmediatos es el aumento en el riesgo de padecer enfermedades hepáticas como esteatosis o cirrosis; en segundo, se sabe con certeza que cualquier consumo de alcohol puede aumentar las probabilidades de padecer varios tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, pancreatitis, gastritis e incluso problemas de salud mental o de naturaleza psicosocial.

Referencias

A. C. May, D. J. Meyerhoff, T. C. Durazzo. Non-abstinent recovery in alcohol use disorder is associated with greater regional cortical volumes than heavy drinking. Alcohol: Clinical & Experimental Research (2023). DOI: https://doi.org/10.1111/acer.15169

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