Más allá de la miel: alimentos eficaces para calmar la tos

Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si tomas miel en vez de azúcar: la respuesta de un experto en nutrición — Miel y otros alimentos para calmar la tos.

Con la llegada del frío llega la época de los jerséis calentitos y los abrigos que nos protegen, las tardes de sofá y mantita en las que nos quedamos en casa sin querer salir, pero también las épocas de catarros y gripes, muy habituales en España. Pocas son las personas que pueden despedirse del invierno sin haber pasado por una temporada en la que los pañuelos y la miel son nuestros mejores aliados.

La congestión nasal es molesta para quien la padece, pero en el caso de la tos, otro de los síntomas asociados habituales, resulta también incómoda para quienes les rodean. Acabar con ella no es sencillo y tendemos a emplear remedios tradicionales, como añadir un poco de miel en una infusión calentita. Sin embargo, hay más alimentos que pueden ayudarnos y que no son miel, aunque resulten menos conocidos.

Los efectos calmantes de la miel sobre la tos

Infusión de manzanilla con miel y limón. — Miel y otros alimentos para calmar la tos.

Aunque molesta, hay algunos casos en los que la tos es necesaria porque ayuda al cuerpo a curarse o protegerse. Es un acto reflejo que mantiene despejada la garganta y las vías respiratorias y puede ser aguda o crónica. La aguda es aquella que surge de repente y suele tardar en curarse entre dos o tres semanas y suelen ser causados por un resfriado, una gripe o una bronquitis; la crónica dura más tiempo y las causas son más variadas, como asma, alergia, enfermedades pulmonares… también puede estar producida por fumar, por ejemplo.

Hay ocasiones en las que la tos es muy fuerte, prolongada y vigorosa, lo que puede irritar los pulmones y causar aún más tos. Esto produce cansancio, nos impide descansar adecuadamente, causa mareos o desmayos, puede ser responsable de dolores de cabeza, incontinencia urinaria, vómitos e incluso puede ser causante de costillas rotas.

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Para evitar llegar a este punto, buscamos formas de calmarla, y la miel suele ser la más habitual. Algunos estudios han demostrado la eficacia de este alimento para calmar la tos nocturna, tanto mezclada con otros como en solitario. Un estudio de la Universidad Pennsylvania State, dirigido por el doctor Ian M. Paul, determinó que esto podría deberse a la dulzura y textura, que calmaría la garganta, pero también a su contenido en antioxidantes y su efecto antimicrobiano. Eso sí, la miel no es recomendable en menores de un año, por el riesgo de botulismo.

Otros alimentos que calman la tos

Parece evidente que la miel es uno de esos remedios caseros que todo el mundo conoce para poder calmar la tos, pero no es el único. Hay algunos que no solo calman la tos, también ayudan a aliviar la irritación de garganta y favorecen la expectoración de la mucosa.

Esto es lo que sucede con algunas verduras, como la cebolla, el puerro, el ajo, el brécol o las coles de bruselas, que tienen efecto mucolítico y de fluidificación del moco, lo que ayuda a su expulsión. Los alimentos ricos en vitamina A ayudan a mantener sanas las mucosas, como las que recubren las vías respiratorias, la encontramos en yema de huevo, pero también en vegetales como la zanahoria, la calabaza o las espinacas y frutas como el melocotón.

Las frutas cítricas, como el limón, el kiwi o las fresas, son también una buena opción, porque ayudan al sistema inmunitario y protegen las mucosas por sus efectos antioxidantes y de formación de colágeno; también verduras como el pimiento, el nabo, las patatas o perejil crudo.

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El pescado azul tiene efecto antiinflamatorio y condimentos como el jengibre contienen glicerol, que le aporta propiedades antisépticas. También conviene aumentar la ingesta de agua y otros líquidos, como en sopas, caldos o infusiones, tanto para aliviar la tos como para ayudar a fluidificar y expulsar el moco.

¿Qué alimentos no se deben comer cuando se tienen tos?

Así como hay alimentos que ayudan a aliviar la tos, otros son menos recomendables, como los lácteos, que pueden aumentar la producción de moco, la cafeína, que puede favorecer la aparición de tos, o los frutos secos; conviene reducir el consumo de carne roja. En general, la tos tiende a pasarse tras un tiempo, pero si esta no desaparece, viene acompañada de problemas para respirar, flemas espesas, fiebre o silbido al respirar, lo mejor es acudir al médico.