Debido a los rigurosos controles que imperan en España, el menú escolar garantiza una calidad y seguridad alimentaria, además de una dieta equilibrada y acorde a las necesidades de cada edad. Eso, en teoría, porque de vez en cuando sabemos de tal o cual colegio, tal o cual empresa, que no está dando a los niños lo que se merecen.
En la teoría, los menús escolares están diseñados con criterios nutricionales y dietéticos. Esos criterios son prácticamente los mismos cuando se elaboran en el propio centro que cuando se recurre a empresas de catering, pero la realidad es siempre más diversa y compleja.
El talón de Aquiles es la ausencia de marco normativo que obligue a su cumplimiento y la desigualdad entre regiones"
De hecho, las asociaciones de madres y padres denuncian con cierta frecuencia que en los menús escolares todavía abundan los métodos de preparación poco saludables. Es decir, todavía hay colegios que dan a los niños alimentos de baja calidad nutricional como rebozados, frituras, salchichas o frutas en almíbar.
Falta un marco normativo
Aunque cada comunidad autónoma decide quién lleva la gestión de los comedores escolares, qué características debe cumplir y cómo se ofrece este servicio, en los últimos diez años poco ha variado el menú escolar. Asegura Consumer/Fundación Eroski que "el talón de Aquiles es la ausencia de un marco normativo que obligue a su cumplimiento y la desigualdad de planteamiento de mínimos entre las diferentes regiones".
Las guías nutricionales sugieren que el menú de mediodía debe proporcionar el 35% de las calorías del día. El problema, señala Consumer, es que las proteínas pueden ser garbanzos o salchichas y los hidratos de carbono, pasta o arroz integral o patatas fritas.
Según una encuesta de 2021 realizada por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y la Universidad de Valencia, 3.115 centros educativos de la Comunidad Valenciana sigue abusando de los precocinados y de los carbohidratos y en los menús faltan frutas y verduras.
Según Consumer, estas son las principales carencias de los menús escolares:
- Exceso de hidratos de carbono procedentes de cereales y patatas, frente a la poca presencia de las legumbres.
- Verduras: pocas, en puré o como guarnición que los niños se suelen dejar en el plato.
- Pocos huevos.
- Demasiados precocinados: croquetas, flamenquines, san jacobos y patatas fritas congeladas.
- Demasiada carne roja.
- Poca fruta y siempre la misma (plátanos, manzanas y peras).
- Postres lácteos azucarados.
- Poco pescado azul, tipo sardinas o trucha.
¿Qué deberían comer los niños para alimentarse bien?
El Ministerio de Sanidad considera fundamental que el menú escolar asegure el aporte de proteínas, calcio, hierro y vitamina A. Asegura que el primer punto a tener en cuenta a la hora de definir el menú perfecto del comedor escolar son los requisitos nutricionales:
- La comida del mediodía deberá aportar alrededor de un 35% de la energía total de las necesidades diarias.
- El perfil calórico debe calcularse teniendo en cuenta la ingesta de todo el día, por lo que pueden permitirse en el menú escolar pequeñas desviaciones, ya que este representa solo una comida.
- En cuanto a la contribución de los distintos ácidos grasos (saturados, monoinsaturados y poliinsaturados) a la energía total, las grasas saturadas no deben aportar más del 10% de la energía total del menú.
- Lo que aporten los menús debe ser suficiente para hacer frente a las necesidades de minerales y vitaminas del estrato de edad y sexo con menor necesidad energética.
Algunas propuestas para mejorar el menú escolar
Los nutricionistas de la Universidad de Harvard han creado el plato ideal y saludable para los niños y recomiendan comer alimentos variados. Esa es la clave para una dieta sana y equilibrada, pues cada alimento tiene una combinación única de nutrientes: tanto macronutrientes (carbohidratos, proteínas, y grasa) como micronutrientes (vitaminas y minerales).
La mitad de ese plato de los niños, según estos expertos, debe llenarse con vegetales (verduras) y frutas de muchos colores. La otra mitad se hace con granos enteros y proteína saludable. Esa noma vale también para cualquier snack (tentempiés, meriendas, bocadillos, etc) aunque eso suele pasar ya fuera del colegio.
Más específica es la recomendación de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN) para un menú escolar:
- Fruta al menos cuatro días.
- Potenciar los cereales integrales.
- Priorizar las carnes magras frente a las más grasas.
- Incorporar pescado de una a tres veces por semana.
Finalmente, desde el Centro de Nutrición Júlia Farré indican cinco aspectos que se deben tener en cuenta para el menú escolar
Nutricionales: cubrir diariamente con todos los grupos de alimentos (vegetales, carbohidratos, proteínas), cumplir las frecuencias de consumo recomendadas e incluir alimentos frescos priorizando los de origen vegetal.
Higiénicos: ofrecer alimentos y preparaciones seguras, manteniendo unas medidas higiénicas adecuadas y teniendo en cuenta las normas de seguridad alimentaria.
Sensoriales: además de tener en cuenta el valor nutricional de los alimentos, vigilar con las texturas, temperaturas, sabores, presentación, color, variedad, etc.
Ambientales y sociales: ofrecer alimentos de temporada, locales y de proximidad. Tener en cuenta también la cultura gastronómica de la zona, cultura, celebraciones, etc.
De desarrollo: deben reforzar la adquisición de hábitos saludables (educación para la salud).
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