Boticaria García despeja la duda: ¿son más sanas las patatas fritas en freidora de aire?

Lo importante es equilibrar la dieta, es decir, que la compra de este electrodoméstico no nos lleve a ingerir más fritos de los debidos aunque tengan menos aceite que los hechos en la sartén.
Boticaria García en una imagen de archivo.
Boticaria García en una imagen de archivo.
Mateo Lanzuela / Europa Press
Boticaria García en una imagen de archivo.

Con la freidora de aire ha pasado como con los robots aspiradoras: de haber vivido perfectamente sin ellos a haberse convertido en electrodomésticos a tener casi obligatoriamente en nuestras casas. En el caso de la freidora, el marketing promete alimentos más sanos y una reducción de calorías hasta en un 80 por ciento. Boticaria García aclara si por sí sola garantiza que tengamos una dieta saludable.

En principio, la freidora de aire se presenta como la aliada perfecta no solo para intentar comer más sano sino también ahorrar: una de las grandes ventajas que presenta es que la cantidad de aceite que usaremos para cocinar no tiene nada que ver con el que freímos en una sartén. Por lo tanto, el bolsillo también agradecerá la presencia de este electrodoméstico. 

Como ocurre con cualquier electrodoméstico, tiene sus pros y también sus contras. No permite operaciones muy rápidas porque suele tardar entre 20 y 30 minutos en culminar la fritura, y además su capacidad estándar solo nos permite preparar raciones más bien pequeñas.

Minimiza la acrilamida, un compuesto tóxico

Pero más allá de las cuestiones técnicas menos favorables, Boticaria García hace hincapié en una ventaja que sí debemos tener en cuenta: las freidoras de aire reducen hasta un 90 por ciento la formación de acrilamida. Hablamos de una sustancia química que según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), se forma de manera natural en alimentos ricos en almidón durante procesos de elaboración a alta temperatura, más de 120 grados, y en condiciones de baja humedad.

La acrilamida, apunta la EFSA, se encuentra en productos tan cotidianos de nuestro día a día como las patatas fritas, el pan, las galletas o el café. Su presencia se detectó en los alimentos y comenzó así a analizarse muy tarde si consideramos que esto tuvo lugar en 2002. Unos años más tarde, en 2015, expertos de la EFSA advirtieron de que puede aumentar el riesgo de cáncer en consumidores de todos los grupos de edad. 

El riesgo a evitar es comer más fritos

Boticaria García alerta de la importancia de tener conciencia de que, al fin y al cabo, estamos hablando de un electrodoméstico que fríe los alimentos y por lo tanto tenemos que evitar que su uso monopolice nuestra dieta. La mejor opción para una alimentación sana y equilibrada será siempre, como resalta la experta, que consumamos una amplia variedad de productos y alternemos también la forma de cocinarlos.

Aunque el proceso de la fritura es diferente, en este caso es alta temperatura a una determinada velocidad la que consigue el resultado final, sí es verdad que hay que añadir un poco de aceite si queremos que ese producto tenga el aspecto dorado y crujiente clásico. En esta línea, Boticaría García apunta que lo importante es estar alerta ante el exceso de consumo de fritos, rebozados y empanados que pueden instalarse en nuestra dieta tras la compra de este electrodoméstico.

Referencias

EFSA(s.f.).Acrilamida.https://www.efsa.europa.eu/es/topics/topic/acrylamide

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20minutos

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