Consumir cereales integrales puede ayudar a reducir la presión arterial... si forman parte de una dieta saludable

Imagen de pan y cereales integrales
Imagen de pan y cereales integrales
'PAN CADA DÍA'
Imagen de pan y cereales integrales

La hipertensión es un problema muy prevalente en las sociedades desarrolladas actuales, y cuando se detecta debe ser motivo de preocupación, ya que puede ser desencadenante de varias patologías cardiovasculares graves. Debido a que se encuentra fuertemente ligada a la dieta, ésta suele ser un buen punto para comenzar a atajarla.

Existen muchas fórmulas para tratar de reducir la tensión desde la alimentación; una de ellas pasa por aumentar la ingesta de fibra y potasio, componentes que se encuentran en gran medida en los cereales integrales.

Propiedades vasodilatoras

Son muchos los estudios que, en años recientes, han apuntado a la importancia de incorporar los cereales integrales a la dieta con el fin de mantener una correcta salud cardiovascular. En muchos casos, por ejemplo, se ha encontrado que una buena parte de las dietas tradicionales que favorecen una menor incidencia de hipertensión, como la mediterránea, son ricas en este tipo de alimento.

Esto se debe a que son ricos en nutrientes saludables como la fibra, el potasio, el magnesio, el folato, el hierro, la L-arginina o el selenio, varios de los cuales poseen importantes cualidades vasodilatoras, fundamentales para la elasticidad de los vasos sanguíneos, lo que a su vez contribuye a reducir el riesgo de hipertensión.

Precisamente por esto, son un ingrediente prominente de la dieta DASH (traducido como enfoques dietéticos para controlar la hipertensión).

¿Qué son exactamente los cereales integrales?

Todos los cereales son granos de plantas. Como tales, constan de tres partes principales: el revestimiento exterior o salvado, el endospermo y el germen.

Sin embargo, cuando se presentan como refinados (por ejemplo, la harina blanca de uso común o el arroz blanco) han sido molidos de tal forma que lo único que queda de ellos es el endospermo, compuesto en buena parte de almidón. Y, aunque el almidón es un hidrato de carbono muy importante en la alimentación, ya que nos proporciona una buena parte de la energía necesaria para los procesos vitales, se pierden el salvado y el germen, fuentes de fibra y de vitaminas, minerales y aceites, respectivamente.

En cambio, los cereales integrales son aquellos que todavía incluyen estas tres partes; y, con cada vez mayor frecuencia, están siendo comercializados en todas las formas tradicionales de consumir cereales, como es el caso del pan, la harina o la pasta. Por ello, es fácil pasar del consumo de refinados a integrales con unos pocos ajustes.

Parte de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable

Con todo, cabe señalar que es importante enmarcar la ingesta de cereales integrales dentro de una dieta equilibrada y una forma de vida saludable. Existen muchos factores de riesgo, como la obesidad, el estrés, el consumo de alcohol o tabaco, el sedentarismo o la alta ingesta de cloruro sódico (es decir, sal) que favorecen la aparición de la hipertensión, por lo que es importante actuar sobre todos ellos de igual manera.

Es decir, los cereales integrales deben ir acompañados de una dieta baja en grasas y en sal, de la práctica regular de ejercicio físico, de la reducción del consumo de alcohol y la evitación del tabaco, el estrés o el sedentarismo para formar parte de una estrategia lo más eficaz posible para combatir la hipertensión.

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