El efecto del tomate en tu organismo si lo comes todos los días

No hacen falta excusas para incluir los tomates en nuestra dieta equilibrada y saludable, pero lo cierto es que los beneficios de tomar un tomate al día son muchos, desde cuidar la piel gracias a sus propiedades antioxidantes a mejorar la función pulmonar. 

¿Pierden los tomates el sabor en la nevera? Te contamos qué hay mito y de realidad en esto.
Qué le pasa al cuerpo si tomamos un tomate diario.
isayildiz / iStock
¿Pierden los tomates el sabor en la nevera? Te contamos qué hay mito y de realidad en esto.

Algunos de los platos más típicos de la gastronomía de España usan el tomate como ingrediente principal, es lo que sucede con el gazpacho y el salmorejo, por ejemplo. Es además un alimento clave en otras recetas, como las ensaladas, pero también se emplea para realizar muchas salsas, ideales para complementar guisos y también para darnos un capricho mojando después un pellizco de pan.

A pesar de ser considerado una fruta, el tomate se emplea como un vegetal y ha conseguido convertirse en un indispensable en la cocina. Existen multitud de variedades, con diferentes sabores, olores y colores, y todos ellos pueden convertirse en el elemento clave de nuestras recetas, con el que conseguir ese toque especial, que también hace que sean saludables.

Beneficios de comer un tomate al día

Tomates, una de las mayores fuentes de glutamato en nuestra dieta habitual.
Tomates, alimento habitual de nuestra dieta.
Karl Thomas Moore / Wikipedia

Si queremos cuidar nuestra alimentación, el tomate es uno de esos ingredientes que no pueden faltar en nuestra lista de la compra, porque contiene una gran cantidad de vitaminas y minerales. Es un alimento rico, ligero y bajo en calorías, contiene licopeno, que según distintos estudios puede reducir el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer y es también un buen antioxidante. Es ideal en dietas de adelgazamiento, pero también en todas las demás, por su gran versatilidad y las muchas formas que hay de consumirlo.

El tomate está considerado un buen antioxidante gracias a que es rico en vitaminas C, E y A. La vitamina A nos la proporciona gracias a que contiene betacaroteno, que en el cuerpo se convierte en esta vitamina, que tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios que protegen las células del daño. Contiene vitaminas del grupo B, en especial de vitaminas B1, B6 y sobre todo de ácido fólico, que benefician al sistema nervioso. Es también rico en minerales como el potasio, el fósforo y el magnesio, pero también aporta hierro.

El licopeno que encontramos en los tomates ayuda a proteger los huesos, sobre todo tras la menopausia; también hay estudios que aseguran que reduce el riesgo de tensión alta, cuida el corazón, mejorando la flexibilidad de los vasos sanguíneos, mejora la circulación sanguínea gracias a su contenido en vitamina K, que ayuda a controlar la coagulación. En general, el tomate resulta digestivo y también ayuda a regular el tránsito intestinal gracias a la cantidad de fibra que contiene. Mejora la función pulmonar, cuida la piel, es diurético, por lo que ayuda a eliminar toxinas, y protege la vista, por la vitamina A.

Si bien en general es un alimento que sienta muy bien, consumido en exceso puede llegar a causar acidez, reflujo o úlceras, sobre todo cuando los tomates no están en su punto. Por su alto contenido en potasio, quienes tengan alguna afección renal también tendrán que moderar su consumo. Tomarlo en el marco de una alimentación sana y equilibrada no tiene por qué suponer ningún problema, pero ante cualquier duda, lo mejor siempre es consultar con nuestro médico o especialista, que podrá proporcionar una información más precisa para nuestra situación en concreto.

Tomate frito o natural, ¿cuál es mejor?

Gazpacho
Gazpacho.
iStockphoto

Cada cual tiene su forma preferida de incluir el tomate en su alimentación, ya sea en forma de salsa o tomándolo crudo directamente. Sin embargo, cada manera de hacerlo tiene sus beneficios, por ejemplo, los antioxidantes son más efectivos cuando lo tomamos frito, pero si lo consumimos crudo, aprovechamos mejor el aporte de licopeno que proporciona. Además, en crudo mantiene todas sus vitaminas, sobre todo la vitamina C, que se pierde durante el cocinado. 

Referencias

Murcia-Lesmes, D., Domínguez‐López, I., Laveriano-Santos, E. P., Tresserra‐Rimbau, A., Castro‐Barquero, S., Estruch, R., Vázquez‐Ruiz, Z., Ruiz‐Canela, M., Razquín, C., Corella, D., Sorlí, J. V., Salas‐Salvadó, J., Pérez-Vega, K., Gómez‐Gracia, E., Lapetra, J., Arós, F., Fiol, M., Serra-Majem, L., Pintó, X., . . . Lamuela‐Raventós, R. M. (2023). Association between tomato consumption and blood pressure in an older population at high cardiovascular risk: observational analysis of PREDIMED trial. European Journal Of Preventive Cardiology. https://doi.org/10.1093/eurjpc/zwad363

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