Igual que sucede en España, la gastronomía griega también se basa en la dieta mediterránea, sin embargo, a pesar de sus puntos en común, hay otros que resultan muy diferentes. Muchos de los alimentos que se han popularizado más allá de sus fronteras son distintos a los que tenemos aquí, destacando su queso feta o su yogur griego, con características que le distinguen de los demás, pero también pasa con sus cerezas.
En España hay lugares en los que las cerezas se convierten en su producto estrella, esto es lo que sucede, por ejemplo, en el Valle del Jerte, pero la variedad que forma parte de la dieta griega y que se ha convertido casi en un superalimento gracias a las muchas propiedades y beneficios que tiene para quien la consume, es otra que no es demasiado conocida en España. Se trata de las cerezas ácidas o guindas salvajes.
Diferencias entre las cerezas y las guindas salvajes
Aunque pertenecen a la misma familia, las cerezas y las guindas son muy diferentes, estas últimas son el fruto del Prunus cerasus una variedad diferente de la que da las cerezas de color intenso y sabor dulce que se suelen tomar de postre y merienda. Están emparentadas, de hecho las guindas se consideran una variedad más antigua y salvaje de las cerezas dulces, antes de que se favoreciera la producción de estas últimas.
Su sabor es distinto y también lo es su textura. Mientras que las cerezas son más dulces, como ya hemos comentado, y tienen una pulpa jugosa, las guindas son más firmes y su sabor es más amargo y en ocasiones con un toque agrio. Tan distintas en su resultado final, su uso en la cocina es también diferente, las guindas o cerezas ácidas se emplean en jarabes y licores, como el famoso Maraschino.
Propiedades de las cerezas ácidas
Muchas de las propiedades de esta fruta son compartidas por ambas variedades, por ejemplo, ambas son muy ricas en antioxidantes, sobre todo en antonacinas, que se consideran los más potentes entre los flavonoides. También son ricas en vitamina C, por lo que pueden ayudar a subsanar los daños del sol en la piel.
Esta variedad de cerezas ayuda a bajar el colesterol y los triglicéridos, previene las inflamaciones, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y tiene un alto contenido en fibra, así como un bajo aporte calórico, lo que las conviene en ideales para complementar algunas dietas, además, ayudan a reducir la absorción de lípidos. Son el complemento ideal para quienes hacen deporte, previniendo las agujetas, pero también las microrroturas musculares, aumenta la resistencia y ayuda a prevenir lesiones.
El jugo de estas cerezas estimula la producción de melatonina, una hormona que juega un papel importante en el sueño. La carencia de esta hormona suele asociarse con el insomnio, pero también con la depresión, cuando los niveles de melatonina son bajos también se reducen los niveles de serotonina, que se conoce como hormona de la felicidad.
Así, las cerezas ácidas pueden protegernos ante el envejecimiento prematuro, favorecer nuestras sesiones deportivas, complementar nuestras dietas de adelgazamiento, cuidar nuestra salud cardiovascular y regular los ciclos del sueño.
Referencias
Picota. (2022). Cerezas ácidas. Poniendo la guinda. Cereza del Jerte. https://cerezadeljerte.org/cerezas-acidas-poniendo-la-guinda/
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