Todo sobre la disbiosis: el trastorno intestinal relacionado con el estrés y una dieta poco saludable

Se produce cuando hay un desequilibrio en la microbiota y los microorganismos nocivos prevalecen sobre los más beneficiosos. Los episodios de diarrea, la hinchazón abdominal, los gases e incluso los dolores de cabeza e irritación en la piel son sus síntomas más recurrentes.
Una mujer se queja de dolor de estómago.
Una mujer se queja de dolor de estómago.
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Una mujer se queja de dolor de estómago.

La flora intestinal juega un papel fundamental en nuestra salud. Cuando está equilibrada existe un bienestar intestinal y un buen funcionamiento del sistema inmunitario. Por el contrario, si hay un desequilibrio en la microbiota aparecen diferentes síntomas sistémicos y digestivos.

Uno de los trastornos intestinales más frecuentes es la llamada disbiosis, que se origina cuando se produce un sobrecrecimiento del número de microorganismos nocivos. “Estos pueden prevalecer sobre los más beneficiosos con un efecto multiplicador, porque al disminuir se vuelven cada vez más ineficaces en la lucha contra los organismos nocivos”, explica la doctora Nùria Paredes, especialista en Medicina General del Centro Médico MGC Mutua.

¿Qué factores provocan esta dolencia? Los más frecuentes son el uso indiscriminado de antibióticos, una inadecuada alimentación, las dietas pobres en fibra, los procesos inflamatorios, las situaciones de estrés, las enfermedades autoinmunes com afectación intestinal como la celiaquía y el abuso de alcohol. Todos ellos pueden provocar la alteración o el desequilibrio de nuestros microorganismos.

Síntomas habituales

Los más habituales son las molestias de tipo digestivo como episodios de diarrea, hinchazón abdominal, náuseas, estreñimiento crónico, esteatorrea, gases estomacales, mala absorción intestinal, diverticulitis, síndrome de colon irritable…

A los que se pueden sumar trastornos musculares y articulares (inflamación articular), trastornos cutáneos (eccema, prurito, acné…), cefaleas y migrañas, fatiga y cansancio crónico, irritabilidad y dificultades para dormir.

¿Cómo se detecta?

Para detectar esta enfermedad se realizan pruebas de heces y orina, e incluso puede hacerse un test para medir el nivel de hidrógeno y metano en el aliento del paciente. Un nivel anómalo podría revelar un desequilibrio entre las bacterias.

Además, como explica la experta, es fundamental conocer a fondo el historial del paciente, debido a que el uso prolongado de antibióticos o trastornos como es el síndrome de intestino irritable, van a menudo asociados a la disbiosis.

En cuanto al tratamiento, la doctora Paredes recomienda una dieta equilibrada y cambiar el estilo de vida. “Son necesarias dietas ricas en proteínas de alta calidad, procedentes de carnes y pescados, aumentar la ingesta de fibra y suprimir o limitar en gran medida, el azúcar, las grasas saturadas y la harina refinada. También se aconseja la ingesta de probióticos, cuando la causa de la disbiosis es un número reducido de bacterias beneficiosas en el intestino. En cuanto al estilo de vida, hacer ejercicio moderadamente y tratar el estrés mediante un especialista puede combatir eficazmente esta enfermedad” puntualiza.

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