Son muchos los factores que influyen en nuestro rendimiento cuando entrenamos, pero uno de ellos, quizá más desconocido que otros, es que el momento del día en el que realizamos ejercicio.
Un estudio ha demostrado cómo influye si es mañana o tarde para hacer deporte. En el estudio, publicado en Frontiers y recogido por Men's Health, 30 mujeres y 30 hombres fueron sometidos a observación.
Los participantes fueron sometidos a dos periodos de entrenamiento de 60 minutos: uno por la mañana, de 6:30 a 8:30 horas; y otro por la tarde, entre las 18:00 y las 20:00 horas.
Los individuos que entrenaban en el turno matutino lo hacían en ayunas, se desayunaba tras el entrenamiento y luego había tres comidas más. Cuando era día de entrenamiento de tarde se distribuían tres comidas a lo largo del día.
Las principales diferencias halladas son que los hombres que entrenaban por la tarde tenían una mayor reducción del colesterol, un mejor nivel de presión sanguínea y mejor ritmo respiratorio, así como que redujeron su sensación de fatiga y adelgazaron más porque la grasa se convirtió en su principal fuente de energía. En los que entrenaban por la mañana no se encontraron estas ventajas.
Por su parte, las mujeres que entrenaban por la mañana tenían estas ventajas: redujeron más su nivel de grasa corporal, tanto abdominal como en la cintura, mejoraron su presión sanguínea y aumentaron su fuerza en las piernas.
Por el contrario, las que entrenaron por la tarde presentaron mayor fuerza muscular, más resistencia, mejor estado de ánimo en general y mayor saciedad nutricional.
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