El esperado avión de la NASA X-59 para vuelos supersónicos recibe su cola

Su diseño está basado en una tecnología que evita los habituales 'boom' sónicos al romper la barrera del sonido.
Su diseño está basado en una tecnología que evita los habituales 'boom' sónicos al romper la barrera del sonido.
Lockheed Martin
Su diseño está basado en una tecnología que evita los habituales 'boom' sónicos al romper la barrera del sonido.

2023 es el año en que un nuevo y elegante avión supersónico, con aval de la NASA, cruzará el cielo con pasajeros a bordo. Hablamos de X-59, una aeronave elaborada por la agencia espacial estadounidense y Lockheed Martin (compañía de la industria aeroespacial) para romper la barrera del sonido sin que cruja el cielo.

Como ya mencionó Alejandro Manuel Gómez (Profesor Ayudante en Área de Ingeniería Aeroespacial, Universidade de Vigo) en el artículo 'así es el X-59, el avión supersónico silencioso que impulsa la NASA' para 20Bits, "estamos ante una nave con una envergadura del ala, en flecha, de 29 metros y diseñado para volar a unos 55.000 pies (16.8 km) sobre el nivel del mar. Su diseño es fruto de innumerables simulaciones virtuales que permiten analizar cientos de diseños en modelos de fluidos computacionales".

Además, respecto a sus características, X-59 volará a Mach 1.42 (lo que equivale a 1.760 km/h), es el primer prototipo de un futuro avión comercial, mide un poco más de 30 metros de largo y posee un sistema de visión externo en HD para ver en tiempo real lo que sucede. 

Los objetivos de la NASA

En enero del año pasado, X-59 se había trasladado a Texas para empezar las pruebas críticas en tierra, asimismo, está previsto que se realicen demostraciones en vuelos sobre Estados Unidos a partir de 2025.

Aún queda tiempo para cumplir los objetivos de la NASA y Lockheed Martin, pero antes de alcanzar los hitos, la agencia espacial estadounidense ha confirmado en su blog que "X-59 se ha sometido a la instalación final de su empenaje inferior, mejor conocido como conjunto de cola".

Esto significa que queda un paso menos para ver a X-59 en acción, debido a que dicha instalación permite que el equipo continúe con el cableado final y las comprobaciones del sistema en la aeronave mientras se prepara para las pruebas en tierra integradas, que incluirán el funcionamiento del motor y las pruebas de rodaje.

“Y  una vez completado, el avión demostrará la capacidad de volar supersónico mientras reduce el fuerte estampido sónico a un golpe sónico silencioso”, concluye la NASA.

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