Crean el primer cohete autófago del mundo: Ouroborous-3 usa su propio cuerpo como combustible

El cohete autófago, Ouroborous-3, emplea el calor residual de la combustión para fundir su fuselaje de plástico, de esta manera, puede utilizarlo como combustible.
Ouroborous-3
Ouroborous-3
Universidad de Glasgow
Ouroborous-3

Con la puesta en marcha del tercer lanzamiento del megacohete Starship de SpaceX, crecen los problemas sobre la basura espacial que rodea la Tierra porque cada vez hay más restos de vehículos espaciales y satélites que se quedan en desuso en nuestro sistema solar. Además, por si no lo sabías, estos desechos tienen altas de probabilidades de chocar contra los satélites que sí están en funcionamiento, teniendo en cuenta que esto puede poner en riesgo la prevención de desastres naturales y la correcta ejecución de las telecomunicaciones.

Sin embargo, para evitar dichas situaciones catastróficas y la basura espacial, un grupo de ingenieros de la Universidad de Glasgow ha creado el primer cohete autófago, llamado Ouroborous-3, que se 'consume' a sí mismo para utilizar su cuerpo como combustible.

Concretamente, este vehículo espacial es un motor de cohete sin soporte que emplea el calor residual de la combustión para fundir su fuselaje de plástico, de esta manera, puede utilizarlo como combustible. Además, utiliza unos tubos de plástico de polietileno de alta densidad, que arde con propano líquido y oxígeno gaseoso, para alzar el vuelo. Y después, cuando llega a órbita, el cohete Ouroborous-3 quema un tubo de plástico, que se introduce en la cámara de combustión del motor, hasta que ya no queda nada.

Por otro lado, es importante mencionar que su diseño requiere menos combustible que un cohete convencional, así que tiene más espacio para transportar carga que otros vehículos espaciales.

Primeras pruebas

Los ingenieros de la Universidad de Glasgow probaron un prototipo del cohete en las instalaciones de MachLab de la base aérea de Machrihanish (Escocia), además, lograron producir 100 newtons de empuje en distintos experimentos.

Y por si fuera pocoa, eEsta demostración también afirmó que la combustión del cohete se puede controlar para acelerarla, pausarla o reiniciarla.

No es una idea nueva

Los ingenieros trabajan en el diseño de este cohete desde 2018, sin embargo, la idea no es nueva, debido a que se trata de un diseño patentado en 1938 que no había llegado a desarrollarse por su complejidad. Pero ahora, con los avances de última generación en lo que respecta a la tecnología espacial, los expertos han podido llevar a cabo esta idea.

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