El primer lanzamiento del megacohete Starship de SpaceX se realizó el pasado 20 de abril. Aunque la empresa y su director ejecutivo Elon Musk lo consideraron un logro porque lograron que despegase, tuvo fallos destacables, como que algunos de los 33 motores Raptor no llegaron a encenderse, el destrozo que hizo en la plataforma de lanzamiento Starbase y su explosión en el aire.
El equipo detrás de su desarrollo ha estado desde entonces llevando a cabo investigaciones sobre lo sucedido y mejoras en el vehículo para un segundo vuelo cada vez más próximo. Tras las últimas pruebas, de las que hemos hablado en 20Bits, ahora llega el turno de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos.
Actualmente, el organismo que se encarga de dar el permiso de vuelo a las empresas de aviación o aeroespaciales está revisando un informe de investigación de percances presentado por SpaceX. Se trata de los datos que la firma ha ido recopilando a lo largo de estos meses para determinar qué ocurrió en el despegue de primavera.
La FAA debe asegurarse de que SpaceX esté obrando bien en esta ocasión, ya que su trabajo es garantizar la seguridad pública durante los lanzamientos comerciales de cohetes. Un portavoz del organismo ha aclarado para Ars Technica que, cuando se apruebe dicho informe, "se identificarán las acciones correctivas que SpaceX debe llevar a cabo".
Por lo tanto, aunque la empresa haya estado trabajando en mejoras, es posible que todavía tengan que realizar ciertos ajustes demandados por la FAA. Una vez los ingenieros arreglen lo que se pida, SpaceX deberá esperar una nueva autorización para volver a lanzar Starship.
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