¿Vivir sin Internet? Esta pequeña comunidad rechaza el móvil, la electricidad y la televisión

Amish.
Grupo de amish.
PIXABAY
Amish.

Los amish son un grupo religioso y protestante que habita en determinadas zonas de Estados Unidos y Canadá, y es bien sabido que los más estrictos no usan electricidad ni automóviles porque cultivan con herramientas manuales y viajan a caballo.

Estas comunidades están relacionadas con un estilo de vida sencillo, rechazan la tecnología por respeto a la tradición y son realmente lentos para adoptar cosas nuevas -teniendo en cuenta que en la sociedad contemporánea, nuestro valor predeterminado es decir 'sí' a las cosas nuevas, y en las sociedades Amish del Viejo Orden, el valor predeterminado es 'no'-.

Podríamos decir que vivir sin electricidad elimina la mayor parte de la sociedad moderna, debido a que si no hay una corriente de luz significa que no hay internet, televisión ni teléfonos, así que de repente la vida smish contrasta con nuestras complejas vidas tecnológicas.

Los amish no pueden usar el móvil porque es "de mala educación"

Como hemos mencionado al principio de la noticia, los amish rechazan casi toda la tecnología porque únicamente la emplean cuando es necesaria, además, Wired afirma que es "de mala educación" usar un teléfono móvil. Por otro lado, Kevin Kelly señalaba en un artículo que el objetivo de los amish no consiste en permanecer en el siglo XVII al no incorporar avances tecnológicos en el día a día, debido a que quieren fortalecer y preservar las tradiciones de la comunidad.

Asimismo, por si no lo sabías, durante el primer tercio del siglo XX, muchas comunidades amish rechazaron la electricidad, el teléfono y la radio exactamente por lo mismo: por hacer que la tradición de los miembros estuviera lejos del resto de sociedades.

¿Por qué rechazan la tecnología?

Youssef Khaoulani Menjour (soporte técnico en Grupo Microserver) señala que "los amish no rechazan la tecnología ni el mundo moderno en sí, solo rechazan las 'tecnologías mundanas' que no sirvan para realizar un trabajo productivo para la comunidad". 

Dejando de lado la aversión, estas personas usan "la electricidad e incluso instalan temporalmente maquinaria moderna por necesidades vitales". Además, emplean lecherías con refrigeradores, explotaciones con tecnología controlada por ordenador y aparatos eléctricos con aire comprimido para reemplazar a las baterías.

Por otro lado, aquellos objetos que quedaron obsoletos fueron las tarjetas de crédito y el teléfono móvil. El primer producto mencionado, pese a que se llegó a usar bastante, se acabó rechazando cuando vieron que generaba problemas de gastos y endeudamiento. Mientras tanto, las comunidades solían tener teléfonos comunitarios en casetas aisladas para realizar llamadas, pero si nos adentramos en los móviles de hoy en día, estos aparatos son un caso aparte porque no respetan la tradición -por este motivo no se introducen en la sociedad amish-.

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