A principios de enero de este año, Elon Musk sorprendió a los usuarios de Twitter lanzando una encuesta en la que preguntaba si querían que siguiese siendo el director ejecutivo de la red social o no. Según el dueño de la plataforma, el resultado que saliese de la votación se cumpliría.
Should I step down as head of Twitter? I will abide by the results of this poll.
— Elon Musk (@elonmusk) December 18, 2022
Un 57,5% de los más de 17 millones de usuarios que votaron escogió que el empresario dejase de ser el CEO de Twitter. Han pasado casi dos meses y aún no se conoce quien va a sustituir a Musk en su puesto como jefe, pero todas las papeletas apuntan a que podría ser Steve Davis.
La relación de Davis con Musk
Esta persona trabajó en SpaceX desde sus inicios en 2003, por lo que lleva tiempo asociado a Musk. De hecho, actualmente es CEO de The Boring Company, otra empresa del multimillonario dedicada a la ingeniería geotécnica.
Davis comenzó a realizar llamadas inesperadas a los gerentes de Twitter que, en un principio, se creía que estaban relacionadas con unas bonificaciones anuales. Sin embargo, la verdadera razón era evaluar nuevos despidos que, finalmente, se produjeron el sábado.
Según Plataform, se despidió a más de 200 personas que, durante el fin de semana, dejaron de poder iniciar sesión en sus dispositivos de trabajo. Musk había asegurado hace unos meses que los despidos masivos ya habían cesado, pero parece que Davis ha querido regresar con ellos y que el dueño de la plataforma no se lo ha impedido.
Algunos de los despidos son especialmente relevantes, ya que son de fundadores de empresas que Twitter había adquirido anteriormente. Algunos ejemplos son Haraldur Thorleifsson, Martijn de Kuijper, Leah Culver y Esther Crawford que hasta ahora habían sido intocables en la lista de despidos por el alto costo que esto suponía (debían dar paquetes de compensación).
El medio de comunicación The Information explicó en diciembre que Davis estaba encargado de encontrar formas de recortar cerca de 500 millones de dólares en costes operativos de la red social. Finalmente, consiguió superar esta cifra y reducir más de 1.000 millones, rescindiendo contratos con empresas externas y negociando la bajada del coste de otros.
Estas medidas demuestran la confianza que Musk tiene puesta en el que posiblemente se convierta en su reemplazo en Twitter. Además, coincide con la idea de trabajo duro que tiene el magnate y llegó a dormir en las oficinas de la empresa tras el nacimiento de su bebé.
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