¿Te has suscrito a algún servicio sin querer? Estos son los límites de las plataformas sobre las compras online involuntarias

Desde Alexa, los usuarios pueden suscribirse a servicios de Amazon con solo decir 'sí'.
Desde Alexa, los usuarios pueden suscribirse a servicios de Amazon con solo decir 'sí'.
Amazon / Montaje: 20BITS vía Canva.com
Desde Alexa, los usuarios pueden suscribirse a servicios de Amazon con solo decir 'sí'.

A través del asistente de Amazon, Alexa, los usuarios pueden realizar compras en la plataforma de ecommerce o suscribirse a otros servicios solo con la voz, sin necesidad de una segunda confirmación desde la app. Lo único que se requiere es tener una tarjeta vinculada a la cuenta y decir 'sí' cuando Alexa pide si queremos registrarnos a Prime o a Unlimited o para adquirir un producto.

Esta función es una estrategia que la firma tecnológica tiene para que a los internautas les resulte más fácil comprar con ellos y, así, recurran más a ellos. Sin embargo, hay ocasiones en las que las compras se hacen sin querer y los usuarios no se dan cuenta hasta que pasan la fase de prueba en los servicios premium y les cobran el mes.

¿Es legal lo que hace Amazon con Alexa?

Jesús P. López Pelaz, socio fundador y director del Bufete Abogado Amigo, afirma para 20BITS que "la contratación verbal es posible y perfectamente legal". No obstante, señala que hay un problema sobre esta práctica: la dificultad de cerciorarse de que el cliente haya sido informado de las condiciones de ese servicio o de presentar una prueba que garantice que quiso contratarlo al hacerlo de forma oral.

En este caso y similares, en lo que López considera que hay "una ponderación entre la facilidad de contratar y la garantía de la contratación", es importante que las empresas desarrollen métodos para solucionarlo. Por ejemplo, el experto señala que las compañías telefónicas suelen grabar las contrataciones "para poder defender la existencia de una permanencia".

Estas grabaciones se hacen sobre todo en los casos en los que las firmas tienen un alto porcentaje de cancelaciones en las que los clientes niegan haber aceptado una permanencia. "Las empresas que reciben pocas reclamaciones prefieren no poder defenderse adecuadamente frente a las que reciban, pero incentivar y facilitar la contratación al mayor número de usuarios posible", recalca López.

Otras compras involuntarias

Algo parecido ocurre con algunas plataformas online, como Glovo, JustEat o similares. Puede que tu hijo coja tu móvil sin querer y pida algo a domicilio. En estos casos, una vez cocinado y enviado a casa, cancelar el pedido ya no es una opción.

No hay ninguna obligación por parte de estas empresas a dar un lapso de tiempo para evitar que se efectúe el cobro. Sin embargo, la app de Glovo da unos segundos antes de que el pedido comience a hacerse y, así, no haya arrepentimientos o errores. Pese a que no haya una normativa sobre esto, sí que hay legislaciones que afectan a estos servicios digitales, como el derecho de desistimiento.

Las cancelaciones online o telefónicas

Cualquier contratación electrónica, es decir, hechas por llamada o por Internet, deben permitir que el usuario "pueda ejercitar el derecho de desistimiento en el plazo de 14 días desde la contratación". Por lo tanto, si el internauta se entera de que otra persona ha cogido su móvil para hacer un pedido desde su app vinculada a una cuenta bancaria, puede reclamar de vuelta el dinero.

Pero hay ciertas situaciones que son excepciones: "No se puede desistir de la compra de una descarga de una canción cuando ya la hemos descargado, por ejemplo".

En el caso de que la firma no facilite un apartado en la web para dar marcha atrás en la compra, los consumidores deben poder "acudir a consumo y solicitar la anulación del contrato", cuenta López.

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