Público: gran triunfo, algún error

Público

Un medio de comunicación es una voz con la que la sociedad piensa; un punto de vista nuevo sobre el mundo. Por eso el nacimiento de un nuevo medio nos enriquece a todos; amigos, enemigos y mediopensionistas, porque le proporciona a la sociedad en su conjunto una nueva forma de ver las cosas. Una nueva mirada capaz de percibir la realidad de otra manera. Eso hace que el pensamiento de todos sea un poco más grande y más libre, mejor. Por eso el nacimiento de un nuevo medio ha de ser una ocasión para el regocijo, de quienes comparten su visión y también de quienes no lo hacen, porque una sociedad con más puntos de vista es una sociedad más rica. Desde anteayer en España todos somos un poco más libres, porque hay un nuevo periódico en las calles que se llama Público. Todos tenemos de qué alegrarnos.

Profesionalmente, Público es un diario moderno que incorpora muchas novedades en su diseño y en su esencia. Novedades que en los últimos años se han ido incorporando lentamente a otros medios, tendencias de evolución natural de la industria periodística están en Público por primera vez juntas e integradas en un medio construido con ellas en mente. Mayor legibilidad, más desglose de noticias con múltiples despieces enfocando distintos aspectos de la información, mayor cuidado en los elementos gráficos (espléndido uso de la fotografía en color), infografías claras con la información como objetivo, más atención dedicada a ciencia, tecnología y cultura en detrimento de la política navajera, mayor cuidado tipográfico, escritura menos formal y rígida, titulares con más gancho, un cierto y travieso sentido del humor... Muchos de estos elementos no son nuevos, pero sí que lo es su combinación en un único medio homogéneo. Su conjunto puede agradar sobre todo a la gente más joven, con mayor cultura de medios, acostumbrada a Internet y la televisión y que hasta ahora han esquivado los medios impresos en parte por su partidismo, su tendencia al tono funeral y su incapacidad de comprender (o manejar) la ironía. Ese segmento de público está maduro, y Público está perfectamente diseñado para satisfacer sus necesidades. Será sin duda un éxito, y esa nueva voz permanecerá con nosotros mucho tiempo.

Pero el proyecto de Público no es perfecto, por más que algunos de sus artífices sean excelentes profesionales (y amigos personales, al menos hasta hoy; Nacho Escolar, Darío Pescador, Nacho Rojo, Patricia Fernández de Lis, Íñigo Sáenz de Ugarte... un saludo, compañeros). Su diseño tiene un error conceptual importante: Público es un gran periódico, pero su apuesta inicial por Internet ha sido insuficiente. En 2007, con todos los medios tradicionales caminando hacia la integración de productos y redacciones, hacia la marca única con diversos canales de distribución, hacia la independencia de la voz editorial de cualquier soporte o sustrato, Público ha nacido con una página web prometedora pero que apenas cubre mínimos (a costa de grandes esfuerzos). Siendo sus responsables quienes son (blogueros de prestigio ganado a pulso y profesionales con sobrada experiencia en medios digitales) es fácil creer sus promesas de que en el futuro la presencia web del periódico nos dará grandes satisfacciones y más de una sorpresa. Pero visto desde una generación que considera Internet un elemento imprescindible de su dieta informativa, el error de lanzarse a la palestra sin dedicarle a la Web al menos tanta atención como al papel es importante. Y no sólo periodístico: los datos económicos de la prensa estadounidense y europea apuntan en la misma dirección: el futuro comercial de los medios está en Internet (donde la publicidad sube como un cohete), y cada vez menos los diarios convencionales (donde no dejan de caer los ingresos). En el inmediato futuro, casi presente, será la Red la que mande en los resultados de los medios. Este fallo cuesta euros.

No se puede abarcar todo, y hay que escoger las batallas que uno lucha, y por eso es tan significativo lo que se escoge. En Estados Unidos hay un refrán cruel y certero: nunca tienes una segunda oportunidad para causar una primera impresión. Público ha desaprovechado la oportunidad de dejar en Internet la misma marca que ha dejado ya en el kiosco. Y eso hace al periódico un poco más débil, y nos deja a todos un poco huérfanos. Todos esperamos grandes cosas de este nuevo proyecto, y conociendo a sus profesionales, no nos fallarán. Pero poner a flote un nuevo proyecto ya es lo bastante duro y difícil: deberían haberse ahorrado la carga extra de este error grave, e innecesario. Que seguro que el tiempo corregirá. Suerte, y valor; lectores no os han de faltar.

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