Una telaraña frágil

La pasada semana una avería afectó seriamente al tráfico de Internet de Oriente Medio e incluso más allá, al quedar cortados dos cables submarinos cerca de Alejandría, en Egipto. El incidente subraya la extrema fragilidad de la Telaraña Mundial; porque Internet funciona sobre todo a través de un puñado de cables submarinos como los que resultaron cortados. De hecho otros tres incidentes en el Golfo Pérsico (a miles de kilómetros de allí) han provocado preocupación sobre la posibilidad de un acto terrorista: los cables son un punto estratégico clave, y no muy difíciles de atacar. Al parecer los dos primeros resultaron cortados por el ancla de un barco en apuros durante una fuerte tormenta en el Mediterráneo; un accidente común para los cables submarinos en mares someros. Es posible que el tercer corte se deba al aparejo de un pesquero, también un riesgo clásico. Pero es cierto que la vulnerabilidad de los cables es alta, y un cable cortado genera consecuencias globales. Quizá en el futuro estos cables se conviertan en blanco terrorista. A pesar de sus redundancias, Internet es frágil.

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